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domingo, 14 de noviembre de 2010

LA FORMACION COMO APUESTA ESTRATEGICA EN UNA ESCUELA O CLUB DE FUTBOL

Está es una gran realidad en el futbol los entrenadores lo que les interesa es sacar un resultado deportivo a como de lugar y no estoy hablando solamente del resultado de un partido, tambien me refiero aquellos colegas que quieren sacar jugadores al futbol profesional sin brindarles un buen proceso de entrenamiento sino basandose en la busqueda de jugadores precoses en busca de ganar muchos titulos en edades infantiles.
 
Lo otro es que para llegar hacer un gran entrenador exitoso, lo primero es que debemos ser unos emfermos del estudio y no solamente del futbol, sino de todas las ciencias aplicadas al deporte especialmente la Psicologia y la fisiologia, la primera te ayudará al maximo manejar el comportamiento individual y grupal del equipo y la otra ha tener un conocimiento bien claro de los cambios internos que tienes el cuerpo de nuestros futbolistas cuando hay una carga de entrenamiento. Ademas se deben llevar un plan de trabajo bien organizado, sistematizado, el cual no se debe cambiar por los resultados del momento y tener claro que en el proceso de entranamiento hay unos principios que hay que tener muy en cuenta y no desesparse, cuando se plantea un buen proceso esto tiene como consecuencias caida de rendimiento por los problemas de adaptabilidad que tenga los jugadores ante ciertos estimulos. yo tengo un pensamiento y es que la clave está en marcarse un proposito claro y trabajar para conseguirlo y esto se obtiene primero que todo armando un buen plan de trabajo, pensando no en el ahora sino en formar en un mañana a un gran futbolista con todas las condiciones que pide el futbol moderno, hay que constantemente mejorar las debilidades y potencializar las fortalezas individuales de nuestros jugadores, hay ya empezamos a ganar, cuando tus jugadores dia a dia mejoran sus condiciones tecnicas, fisicas, tactica y psicologicas hay podemos decir que se esta consiguindo un gran triunfo.
 
Y continuo haciendo mucho enfansis en la capacitación constante que demos tener, ya que siempre hay algo nuevo y bueno por aprender o por recordar, lo otro es que los triunfos estan enmarcados en los pequeños detellas que tu como entrenador tengas en cuenta y para ello debes tener el mayor conocimiento de todo el contexto del futbol, no solo de un entrenamiento o el partido, es de todo lo que directa e indirectamente tenga que ver con el futbol.
 
En el futbol hay infinidades de metodos para buscar la mejoria, y para mi todos son buenos lo que tu como entrendor tiene que saber en que momento, fase o periodo  puedes apicar uno de ellos y con que jugadores por esta razon debemos tener un amplio conocimiento de entrenamiento deportivo y lo otro es que estos metodos se utilizan teniendo en cuenta el estilo de juego que quieres aplicar a tus dirigidos. tu como entrenador debes ser amplio y tratar de crear tu propio libro, basado en una fundamentacion teorica y practica que te lleve a cumplir con tus objetivos, metas y propositos trazados sin desesperarse y teniendo claro hacia donde va. 
 
Como entrenador estoy dia a dia buscando nuestro mejoramiento personal y profesional  para la organizacion para la cual trabajo, teniendo unas metas claras que pensamos cumplir  siempre con la capacidad de estar abierto a al conocimiento, consejos y ayuda que me puedan brindar las persona que me rodean en este proceso en mi club o escuela.
 
HENRY CALDERON.

LA REALIDAD DEL FUTBOL: MECANIZAR O SISTEMATIZAR

Hablando de diferencias entre mecanizar y sistematizar, el ser mecánico se refiere a quien realiza las cosas como una máquina y sistemático a aquel que las realiza en forma ordenada, claro que hay diferencia y para llegar a cualquiera de los dos estados se requiere de tiempo y dedicación. Como  dice el comercial de la cerveza  “elaboración lenta, ya que solo las mejores cosas de la vida toman su tiempo”.
A veces ganando se pierde y a veces… perdiendo se gana.

En su primera parte(a veces ganando se pierde), me sumo a los copartidarios de esta frase,  a veces el ganar esconde y tapa fallas, que el marcador a favor, la emoción, el subir en la tabla de posición, el vencer a ese equipo denominado grande y más detalles por precisar nos nubla y nos trae como consecuencia un análisis incompleto.  Se resaltan los aspectos que nos llevaron al triunfo y no se le da la importancia a las falencias presentadas e incluso se abre una nueva forma de encarar las venideras sesiones de entrenamiento y hasta le hacemos creer a nuestros pupilos que son mejores porque ese día vencieron a X equipo, desconociendo y dejando en el olvido las carencias del jugador, contribuyendo con esto a la formación de un jugador desequilibrado, de momento, no de constancia… no de tiempo.  Me acuerdo del conejito de  Duracell, no le metimos la pila que era, queríamos llegar al pico de la montaña y solo nos alcanzó hasta antes de subirla. No podemos desconocer ningún aspecto, y eso requiere de ser analítico, aplicativo, de continuidad…de tiempo.

En su segunda parte (a veces perdiendo se gana), respeto su origen y quienes la  respaldan en su totalidad. Frase celebre en los años brillantes de la era Maturana “perder es ganar”, luego sinónimo de burla en su declive de resultados. A mi criterio solo cuestionable en su terminología; el perder no nos da ganancia como tal pero si nos da la oportunidad de detectar que nos hace falta, que vamos a mejorar en el transcurso de la formación del jugador, el juego (partido) se convierte en esa herramienta fundamental para encontrar esa parte que le hace falta al jugador “su media naranja”.

Abro un paréntesis y hago una pequeña reflexión: en ocasiones decimos el gol por el cual perdimos llego por un error en la falta de concentración, ahora me pregunto cuando y como entreno la concentración en mis jugadores, de quien es el error. Si ni siquiera se su concepto que reposa en el nuevo diccionario Larousse, edición 1985 y que vive aun con remiendos esperando su final, pero antes a que lo indague. Como y cuando voy a mejorar la concentración si no me atrevo a ojear las muchas formas de trabajo que aparecen en las tendencias del entrenamiento moderno y todas las ayudas tecnológicas. “Sin excusa”.

Volviendo a donde iba, no siempre es bueno ganar, ni tampoco es bueno perder y me meto en mi memoria y saco la canción “de vez en cuando viene bien reír”, pero no siempre. Me pongo en el sitio que dice en el letrero de entrada “formemos para jugar y no para ganar”. Seguro los triunfos llegarán y llegarán bien, no solo con sabor a miel sino en multisabores.

Si quieres correr debes 1º caminar, si quieres lanzar una expresión debes conocer su significado, si quieres celebrar un gol enseña 1º a rematar bien.

El tiempo nos presiona pero también nos motiva, lo vemos corto pero si lo queremos lo convertimos en largo. Que lo que hagamos no vaya simplemente en lo que conseguimos sino en lo que podamos alcanzar mañana…o sea un gran jugador que llegue, que se mantenga, que perdure como una gran estrella.

Respetable la idea de aquellos que sienten que al ser directos creen tener la verdad absoluta. A mi parecer  y sin basarme en ningún escrito encontrado o sugerencia dada, me aferro a la idea que existen 2 tipos de verdades, la absoluta y la relativa. Pueden 2 entrenadores discutir  y creer tener los 2 la razón (verdad relativa), si uno de ellos justifica acertadamente lo expuesto, se convierte en absoluta por el momento.

Sobre el bien y el mal de los métodos de enseñanza, he vivido la experiencia de escuchar  acartonados colegas diciendo “el trabajo en el campo es la realidad, aquí uno ve y aprende  lo que es el futbol”. Entonces porque refutar lo empírico, si siempre llevamos algo de ello. Es mi punto de vista podrá ser cuestionable, pero es mi punto de vista.

No comparto la parte  que dice que “el entrenador debe ser apegado a la realidad de juego”. Eso depende de la etapa de formación en que se encuentre. El autor lo toma globalizando el concepto, falló en su apreciación y plasma el principio del aprendizaje progresivo como justificación a su errado enfoque. Quienes conocemos los procesos del aprendizaje por edades, sabemos acertadamente que por ejemplo los elementos técnicos básicos, se inician a través del estimulo del juego hasta llegar a la perfección de su ejecución en velocidad de juego y no como quiere hacerlo sentir el autor. Desacuerdo total en su análisis y si se refiere en su ejemplo al boxeo, yo le acerto plasmándole que dentro de la pedagogía infantil, se utiliza una estrategia de aprendizaje…la del descubrimiento, donde el aprendiz se le plantea un problema para que encuentre la solución. La idea de este respetable profesional debería ser concretar la situación a analizar y no ilustrar formas para hacer una realidad unitaria.

Claro que el futbol ha evolucionado, “todo evoluciona, lo único constante es el cambio”, existe un marco comparativo entre el futbol tradicional y el moderno, existen trabajos donde se muestra la evolución y las tendencias del futbol…los conozco.

En el aprendizaje, el proceso de información tiene 3 mecanismos o fases: percibir, decidir y ejecutar, aplicables en las múltiples situaciones que se presentan en el juego. El acierto en el poder de decisión depende de la cantidad y la calidad de las alternativas acentuadas en el jugador. Si le enseñas a que cuando reciba el balón simplemente lo rechace, eso es lo que siempre hará. Pero si le has enseñado  que además de recibirlo bien puede driblar, pasar, rematar y muchísimas alternativas más, ese jugador tendrá más poder resolutivo, y cuando ejecute la jugada más correcta diremos a boca llena que tiene inteligencia de juego, por eso“enseña a jugar”.

A título propio, el jugador es un software  creado por su entrenador, si se coloca en un problema y tiene 100 soluciones, tendrá 100 posibilidades de jugar y seguro sacará la mejor…y así si jugará para ganar pero bien.

Como conclusion final,  me ubico en que debemos ser entrenadores en pro cada día, sin desconocer la importancia y el conocimiento de todos y como dice un amigo “quien intenta y remata tiene derecho a cobrar cuando anota el gol”…”Sin excusa”.

 PROF. Hernando Medrano

LA PASION Y EL ENTUSIASMO POR ENSEÑAR EL FUTBOL

Vivimos en un mundo muy globalizado, dónde cada momento se vive con rapidez, tenemos que hacer miles de cosas al mismo tiempo y por esto nunca las hacemos bien. El fútbol es un deporte muy competitivo donde el factor dinero es predominante y toda la sociedad gira en torno a él.
En cada rincón del mundo hay fútbol, se juega, se disfruta, se compite, pocos tenemos la oportunidad de vivirlo dentro de una institución que te da la posibilidad de crecer cada día más, muchas veces ponemos como primer obstáculo el tiempo. No tenemos en cuenta que lo hacemos por pasión, existen miles de entrenadores que no sienten la pasión por este deporte, no disfrutan de la brisa de las canchas, la alegría de entrenar y compartir con muchos amigos, ver como nuestros compañeros triunfan y cada día salen más adelante.

El entrenador que no sienta milímetro a milímetro el correr de su sangre por todo el cuerpo cuando está dirigiendo o en un entrenamiento, está equivocado de profesión (está en el lugar equivocado).Hay que entender que el fútbol es un deporte colectivo dentro del juego pero individual en los entrenamientos dónde debemos saber manejar entre 16 y 25 pensamientos diferentes, 25 conflictos diferentes, nos volvemos padres de algunos de nuestros jugadores, amigo en quien pueden confiar. El entrenador no es el que grita dentro de una cancha sino el que esfuerza para que sus jugadores den lo mejor de sí y volverse un gran AMIGO, Para todo lo demás necesitamos un corto tiempo donde se le demuestre al jugador cuánto vale para club como persona, cuánto vale para su familia y cuanto vale para el bien de la sociedad.
Dentro del terreno de juego somos entrenadores y educadores físicos donde solo buscamos el beneficio de cada uno de nuestros jugadores, compartir con ellos momento agradables, convertir un entrenamiento en una unión, una familia, que busca sueños grandes y que no se rendirán ante algún obstáculo; cada obstáculo está lleno de enseñanzas, de riquezas que cada día mejorarán y ampliarán el camino del éxito.
En la cancha se deben buscar herramientas que lleven a nuestros deportistas a vencer cada uno de los problemas que se presentan en la competencia y en la vida, la especificidad es de vital importancia dentro de este deporte ya que cada jugador tiene una habilidad diferente para desarrollarse dentro del campo de juego, cada jugador realiza diferentes recorridos, giros, saltos, pases entre otros.
Para lograr lo anterior no necesitamos mucho tiempo como todo mundo lo cree, lo que necesitamos es direccionar con el corazón, cada orden, cada grito, cada sonrisa, que estas reflejen la Pasión y el entusiasmo por enseñar.
Los invito a seguir en este camino largo y exitoso que nos da la vida para disfrutarla con todos sus obstáculos, tristezas y alegrías.  
JUAN MAURICIO ROLDÁN SALDARRIAGA

LIDERAZGO Y CAMBIO ESTRATEGICO

En la cabeza del entrenador de la selección chilena existe una fórmula que, como las matemáticas, funciona gracias a la aplicación y el esfuerzo. Es el método Bielsa de liderazgo y estrategia.

"Estoy pensando en cómo hacerle entender a Ortega, en cinco minutos, un concepto futbolístico que lleva más de media hora explicar". Esta frase, corta y reveladora, da a entender en toda su magnitud quién es Marcelo Bielsa.

Desde luego, para alguien como yo, un aficionado al balompié, es difícil entender que exista un "concepto futbolístico" tan complejo que lleve más de 30 minutos explicar. Y aquí está la primera clave acerca del "Loco": el hombre tiene profundidad, va más allá de lo obvio, teoriza y desarrolla ideas. Sin embargo, la clave más esencial no es ésta, sino la que se desprende de la primera parte de aquella frase, porque lo importante no es lo que está en la cabeza del entrenador, sino el cómo logra dejar eso instalado en la mente de un jugador, quien, al fin y al cabo, es el que estará en la cancha jugando el partido. Y el "Burrito" no es alguien que pueda mantenerse concentrado por más de cinco minutos.

Bielsa es un estratega del fútbol, y uno bueno. Pero lo que realmente lo diferencia es ser un estratega del cambio, como pocos en este deporte. Hablo de cambios de verdad, que pasan porque las personas aprendan nuevas formas de pensar y de actuar. No cambios de maquillaje, de esos que se quedan en el marketing y en las estructuras y que, como el gatopardo, a poco andar vuelven atrás, para que todo quede igual. El cambio, así entendido, es el desafío mayor que tiene todo aquel que dirige personas, cualquiera sea la disciplina en que se desempeñe. Y quizás haya cosas interesantes que aprender de las estrategias utilizadas por Bielsa.

Transpiración v/s Inspiración

Todos quienes lo conocen coinciden: el trasandino es un metódico, perfeccionista y esforzado, valores que tuvo que aplicar en él mismo para convertirse en el reconocido entrenador que ha llegado a ser (elegido el mejor seleccionador del mundo en 2001, el segundo en 2004 y el tercero en 2008).

Nieto e hijo de prestigiosos juristas, y hermano del ex canciller Rafael Bielsa, Marcelo no la tuvo fácil. Sus padres armaron un escándalo cuando decidió ser futbolista, y, peor aún, su carrera como profesional no llegó lejos. Pero la máxima de su madre había quedado grabada a fuego: "En lo que seas, tenés que ser el mejor". Al decir de Bielsa: "Fui un futbolista frustrado y fracasado. Tras jugar cuatro o cinco partidos en la primera de Newell's me di cuenta de que no podía ser futbolista de nivel. Me propuse entonces ser un entrenador de nivel. Y estudié cinco años de fisiología para entender la conducta del cuerpo, desde la óptica de la medicina".

Su mentor, Jorge Griffa, recuerda: "Le inculqué la idea del esfuerzo extra para llegar al objetivo; de lo contrario se cae en la improvisación. Esas cosas me parece que lo marcaron". Y tanto lo hicieron, que estuvo dispuesto a inculcarlas en los jugadores chilenos, a pesar de los augurios de algunos entrenadores criollos que, desde el comienzo, se mostraron incrédulos: "Al chileno no le gusta entrenar fuerte. Queda fundido, no le gustan las concentraciones, reclama por la comida del hotel, que las camas no son buenas, que el bus es incómodo. Reclama por todo". Hasta que Bielsa los llevó a entender que lo primero es la transpiración; luego, la inspiración.
Reflexión v/s Acción

Pero la transpiración está lejos de ser sinónimo de fuerza bruta. Por el contrario, si hay algo que distingue a Bielsa es que piensa. No sólo es un hombre culto e instruido -lo último que lee de los diarios es el cuerpo deportivo-, sino que dedica largas horas a estudiar y reflexionar.

A diferencia del clásico jefe, que se pregunta qué tenemos que hacer, y lanza a su gente a la acción, el rosarino pone foco en lo que sus dirigidos deben aprender, y provoca en ellos cuestionamiento. "Te marca detalles imperceptibles para la gente normal y también para los jugadores. Esas cosas aumentan el margen para ganar los partidos", dice un ex dirigido suyo.

Ser un buen estratega, en cualquier ámbito, pasa por cuestionarse cosas y hacer que otros se las cuestionen, y Bielsa lo hace, en asuntos futbolísticos y más allá. La siguiente anécdota, narrada por su hermano Rafael, da cuenta de este rasgo de un modo casi inverosímil:

"Es la noche del 28 de diciembre; suena el teléfono y respondo.

-¿Te acordás del 31 de mayo del 98, cuando te dediqué el campeonato de Vélez en 'Fútbol de Primera'?

-¿Cómo no me voy a acordar?

-Bueno, creo que no debí haberlo hecho. Tengo tres razones. La primera es que uno no debería disponer de la totalidad de lo que sólo es parcialmente propio. Aquella noche, campeones habíamos salido todos, los jugadores y yo, de manera tal que al haber estado ausente del programa el plantel completo, yo no debí apropiarme de ninguna manera de lo que no era mío. La segunda razón es que si una dedicatoria contiene un sentido eminentemente personal, ya que uno expresa un sentimiento íntimo, de dicho modo debería hacérsela llegar al destinatario, y no por televisión. Y en tercer lugar, uno no debe dar al periodismo una herramienta tan poderosa como el conocimiento de la propia emotividad desnuda. Si todos los que acceden a ella le fueran a dar el trato que merece un sentimiento noble, podría ser, pero no hay garantías, no hay garantías".
Dar órdenes v/s Movilizar

Aunque se lo aprecia hosco y distante, el estilo de Bielsa va más allá de impartir instrucciones. Él parece entender lo que muchos jefes nunca ven: no sacas nada con dar órdenes si quien te escucha no está en la misma frecuencia tuya; si aquello que dices no es capaz de impactar en el otro; si tus palabras pasan de largo y no tocan alguna fibra.

Antes de poner el acento en el mensaje que quiere transmitir, Bielsa buscar entender en qué está la persona que lo va a recibir. Así, por ejemplo, habla detenidamente con los jugadores de menor autoestima, recordándoles su juventud luchadora y pobre, y haciéndolos sentir trabajadores, dignos, casi heroicos.

Los videos son uno de sus recursos fundamentales para movilizar, pero los usa de un modo en que ningún otro entrenador lo hace. En lugar de aburrir exhibiendo la grabación completa de un partido, Bielsa edita videos de no más de siete minutos, mostrando a un jugador lo que hace bien y lo que hace mal, y abriendo una conversación franca. Imposible mejor retroalimentación.

No es casual, por lo tanto, que Kily González declare: "Marcelo fue el técnico que sacó lo mejor de mí. Bielsa me convertía en un crack. Explotaba mis cualidades y mejoraba mis defectos. Me dio lo que me faltaba como jugador. Buscaba la perfección". En palabras del mismo Bielsa: "A los buenos jugadores los vemos vos, yo y la mayoría de la gente. Pasa lo mismo con los jugadores malos. El mérito está en advertir y saber que el jugador normal va a ser bueno".

Y tampoco es casual, a nivel grupal, escuchar una arenga movilizadora como ésta: "En las peleas callejeras hay dos tipos de golpeadores. Está el que pega, ve sangre, se asusta y recula. Y está el que pega, ve sangre y va por todo, a matar. Muy bien, muchachos: vengo de afuera y les juro que hay olor a sangre".
Estructura v/s flexibilidad

El eterno dilema de cualquier gerente general. Orden, estructura, procesos, sistematización, pero con suficiente flexibilidad para aprovechar las oportunidades que se presentan.

A Bielsa se lo acusa de ser excesivamente mecanicista, de ensayar jugadas una y mil veces, hasta que el margen de error casi desaparece, pero restando creatividad a sus equipos. El rosarino es consciente del dilema y lo trabaja bien: "Quiero equipos ordenados y no mecanizados, donde se repitan algunas posiciones y podamos desmarcarnos y luego volver rápidamente a marcar. El fútbol actual es muy ágil, cambiante, sorpresivo y dinámico. Eso hace que las composiciones iniciales de un equipo se modifiquen infinidad de veces en el partido".
Proceso v/s Resultados

Es el síndrome de Wall Street, y de cada vez más empresas y políticas públicas, incluyendo la educacional. El énfasis se pone en el qué, descuidándose el cómo; los aplausos vienen por los logros de corto plazo, no importando el aprendizaje de largo plazo; la obsesión con los resultados impide mirar el proceso.

Bielsa sabe que debe mostrar resultados, pero entiende bien que lo que hace sustentable su trabajo es el aprendizaje que se puede extraer del proceso. Sólo así el cambio se hace sostenible. Y las derrotas juegan un rol fundamental en ello, como ocurrió de modo visible con las goleadas de que fue víctima la selección ante Paraguay y Brasil, de local.

Esta reflexión suya lo dice todo: "Los momentos de mi vida en los que he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo lo que trabajo porque quiero ganar en cuanto compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es secundario, me estaría equivocando".
Tensión v/s Contención

"Marcelo logra el cariño desde la lejanía, no necesita estar frotando la espalda de los jugadores para ganar su afecto". En estas pocas palabras está recogido el anhelo de todo aquel que dirige a otros: cómo desafiar a las personas para que evolucionen y también, ser querido por ellas. En otras palabras, cómo tensionar y contener al mismo tiempo.

En un entrenamiento previo a un partido por las Clasificatorias, ante las constantes jugadas acrobáticas de Arturo Vidal, Bielsa lo detuvo y se le acercó, señalándole enérgicamente: "Todo lo que usted hace es un desorden. De nada sirven las piernas a la altura de la cabeza. Si quiere jugar conmigo, debe hacer el trabajo que se le pide, no el que usted cree que hace falta". Vidal quedó en estado de shock.

Pero eso fue poco frente a la tensión general que Bielsa produjo, a nivel nacional, cuando se atrevió a enfrentar los partidos de visita ante Bolivia y Venezuela dejando fuera a figuras como Jiménez, Valdivia y Vidal para apostar por jóvenes que ni siquiera jugaban de titulares en sus equipos. Eran la quinta y sexta fecha, después de haber sido goleados por Paraguay en casa y llevando cuatro puntos en la cuenta. Fue su momento más crítico, en el que hizo evidente que su apuesta no era tener excelentes jugadores, sino producir un cambio de mentalidad y estilo en un plantel completo, y por extensión en el fútbol chileno. Su apuesta no era el triunfo a corto plazo, sino la victoria permanente, generando un cambio profundo en sus dirigidos. Generando aprendizaje, aunque doliera.

Estudioso y conocedor de la naturaleza humana, sabe que los cambios se producen con tensión, dentro de un ambiente contenedor.

José Luis Chilavert, el legendario portero paraguayo, dirigido por Bielsa en Vélez, lo experimentó de un modo impactante: "Chilavert, ¿es usted feliz?". Una pregunta al hueso, contenedora y tensionadora, que cambió para siempre la relación entre ambos.

Y sí, Bielsa trata a sus jugadores de usted. Y sí, no hay jugador que hable mal de él, a pesar de la exigencia y la tensión a que los somete. Porque, al final, todos crecen con él, aunque al principio no se entienda... y duela.
Responsabilidad v/s Evasión

31 de marzo de 1999. Estadio Amsterdam Arena, Holanda y Argentina empatan a un gol. Conferencia de prensa de Marcelo Bielsa.

-¿El hecho de que haya reemplazado a Ortega al término del primer tiempo significa que no lo conformó su trabajo? -pregunta Clarín.

-No. El rol de él en el equipo lo cumplió tal como estaba previsto. Lo que pensé, cuando decidí el cambio, fue que Ortega podía haber sentido el desgaste y que con la presencia de Guglielminpietro podíamos insistir por ese sector.

Y aquí viene lo increíble: Bielsa se queda pensativo unos segundos. Espera las últimas preguntas, pero se adelanta y busca con la vista al enviado de Clarín.

-Quiero hacer una salvedad ante su pregunta anterior. Creo que no fue un acierto haber sacado a Ortega, porque seguíamos necesitando un jugador de las características de Ariel. Cuando me di cuenta de la equivocación, saqué a Guglielminpietro y coloqué a Crespo para darle más contundencia al ataque.

En la derrota ante Brasil tuvo la misma actitud: "Cuando se hace evidente una necesidad que no pudo ser cubierta con la decisión del que conduce, tengo que asumir eso y desligar a los jugadores de algo que fue claro: evitar que los brasileños quedaran en condiciones de atacar".

Son pocos los entrenadores -y los jefes- que están dispuestos a reconocer sus errores públicamente. Bielsa lo hizo entonces y lo ha hecho en otras ocasiones, asumiendo su responsabilidad en lugar de evadirla. La intención de fondo es que todos sus jugadores operen con la misma lógica, evitando echarle la culpa a la cancha, al clima, al rival, a la hinchada, al compañero, al entrenador o al empedrado.

El aprendizaje y el cambio se dan cuando entendemos que somos parte del problema, asumiendo la cuota de responsabilidad que nos cabe en su solución. Bielsa lo sabe, tanto como Obama, quien no tiene temor en decirle a la comunidad afroamericana de su país que deben aspirar a ser más que basquetbolistas y raperos, que deben asumir su responsabilidad y dejar de culpar al sistema por su destino. "We can, yes we can", si dejamos de evadir y enfrentamos los desafíos.
Coherencia v/s Exitismo

Hace dos décadas que Bielsa comenzó su carrera como entrenador, y hace dos años que asumió la dirección de la selección chilena. El reconocimiento y el dinero no tardaron en llegar, pese a lo cual el rosarino sigue apegado a los mismos pilares valóricos de antaño. Que ha evolucionado, por supuesto, siendo hoy un profesional mucho más completo y con más herramientas de las que antes tenía, pero la persona se ha conservado. "Estoy absolutamente convencido de que la fama y el dinero son valores intrascendentes. Pasa que, claro, nos los describen con un peso tan significativo que parecería imposible resistirse a valorarlos".

Y la reflexión llega más a fondo: "Encuentro en el país un exitismo acentuado, en el que parece que éxito y felicidad son como sinónimos. Recuerdo que en México, por ejemplo, felicidad y éxito son dos cosas diferentes". Se refería a su natal Argentina, pero cuánto más aplicable es al Chile de hoy.

Rodeado de jugadores que manejan autos de lujo, hasta hace poco ni siquiera tenía auto. Terminó comprándose un Toyota para recorrer el sur del país con su mujer e hijas. Sigue viviendo en Pinto Durán, levantándose de madrugada para afinar los detalles técnicos, incluido el largo del pasto de la cancha. El mismo pasto cuyo reemplazo financió el propio Bielsa, con el dinero que quiso pagarle a la ANFP por una decisión mal tomada por él mismo: haber pedido una mejora de instalaciones de Juan Pinto Durán que luego, a su juicio, resultó sobredimensionada.

Al final, querer ser un estratega del cambio quizás provenga de tener valores profundos, que tienen que ver con ayudar a otros a superarse, a ser mejores jugadores, pero, por sobre todo, mejores personas. "Uno vive y necesariamente necesita jerarquizar virtudes; decir éstas son las virtudes que rescato en los demás y quisiera para mí, que respeto, que valoro. A mí el deporte me dio ese parámetro. Yo aprendí por el deporte que la generosidad era mejor que la indiferencia, aprendí el valor de la significación del coraje, aprendí la importancia del esfuerzo y aprendí lo trascendente de la rebeldía. Son los tres o cuatro elementos con que yo después traté de orientar mi vida. No necesariamente tienen que ser ellas las elegidas, pero sí es indispensable que uno sepa cuáles son las virtudes alrededor de las cuáles quiere vivir". Marcelo Bielsa.

(*)Juan Carlos Eichholz es director del Centro de Liderazgo Estratégico de la Universidad Adolfo Ibáñes.


¿SABER COMPETIR?

Si sabemos competir encontraremos las ideas, propuestas y herramientas que nos hagan más eficaces a nivel emocional, de forma que pueda resultar más fácil lograr nuestras propias metas y aumentar nuestras ganancias de bienestar personal.
¿Si sabes competir?.  encontrarás el valor de la “superación”. Se trata de un elemento diferente del “talento” y de la “condición física”. Saber Competir es un elemento “olvidado” que incide sobre el rendimiento individual y colectivo. El talento se expresa libremente, sin límites, cuando se sabe competir.
Saber Competir es hacer frente a las dificultades con el objetivo de superarlas, entender la importancia del esfuerzo, aceptar y convivir con el cambio o los imprevistos, trasformar los problemas en retos o metas, estar guiado por la superación de continuos y sucesivos retos, querer aprender y mejorar en cada momento, sentirse estimulado por la responsabilidad y la exigenciaSaber Competir es tener una mentalidad de “superviviente”, siempre desde una ética personal. Basicamente, “saber competir” es superación personal. “Saber competir” es una manera de ser, de estar, de trabajar.
Saber competir” consiste en lograr que la mente “fluya” ¡siempre!, bajo cualquier circunstancia y en cualquier escenario. Uno trabaja de forma inteligente, sintiendo plenamente lo que está haciendo, viviendo el instante presente, momento a momento, de tal forma que es lo que estás haciendo. El grado de concentración en la tarea es tal que uno se olvida de todo, hasta de si mismo, de hacerlo bien o mal, de ganar o de perder. Actúa de forma más inteligente que nunca, lee la situación y la resuelve con eficacia, casi de forma automática. Se siente competente en lo que está haciendo, ¡tiene confianza!. En el fondo, sabe que trabajando más y mejor superará a los “mejores”. La mente es llevada por el devenir de las acciones, fluye, lo que hace que el talento se exprese libremente, sin límites. 
“Saber competir ” se enseña; “saber competir” se aprende“Saber competir” comienza por superarse uno a sí mismo y termina por poner en disposición de superar a tus rivales.
El motor que a uno le conduce a lo largo del proceso que lleva hasta saber competir” es la “superación personal”. En este proceso se pueden distinguir tres etapas.
En la primera etapa el deportista trata de superarse a sí mismo; uno se enfrenta consigo mismo; trata de estimular el desarrollo de sus propias habilidades; uno puede llegar a ser su mayor enemigo por los obstáculos internos que él mismo se genera. Uno vive ensimismado, pendiente de sí mismo.
Desde la cultura de superación personal se llega a una segunda etapa. Uno toma conciencia de que el rival está cerca de si. Ya no es uno mismo. Es otro que está junto a él. Es su propio compañero de equipo con el que establece una sana competencia y de la que se enriquece tanto uno como el equipo. El esfuerzo se centra en la superación del compañero. La superación personal le ha ido haciendo competente. Cuando se entiende esta sana competencia dentro del equipo el compañero deja de ser rival y pasa a ser un cómplice o socio con el que es necesario colaborar, hacer un auténtico trabajo en equipo. Cuando el compañero deja de ser un rival y es más un cómplice, cobra protagonismo el auténtico rival. Ése ya no está al lado sino enfrente. Se trata del adversario. Ese si que es el rival.
En una tercera y última fase cobra relevancia el rival que vive fuera del vestuario. Se trata del adversario. Ese se sitúa enfrente durante la competición. Ahora el esfuerzo se centra en la superación del adversario. La superación personal y la sana competencia con los compañeros de equipo le han ido preparando a uno, dotándole de recursos, de tal forma que le llevan a estar en disposición de superar a sus auténticos rivales en la competición deportiva. Los equipos rivales van a hacer todo lo posible por superarnos. Uno, los compañeros, y el equipo han de estar preparados para superar el duelo en que consiste la competición.
La competición supone un doble duelo. Exige la superación personal e invita a la superación del adversario. El rendimiento óptimo se explica desde la idea de fluir. El doble duelo no se vive de forma amenazante; todo lo contrario, se vive y se siente como un desafío o un reto ante el que uno se sabe competente y capaz de superarlo, desde el trabajo bien hecho. Entonces se siente un disfrute intrínseco vinculado al máximo esfuerzo físico y mental, que hace que pasen desapercibidos. Uno se siente que maneja la situación y que está por encima de las circunstanciasSiente que tiene la llave de su rendimiento.
Saber Competir puede quedar muy bien ilustrado desde la inteligencia y el equilibrio emocional de Roger Federer; la motivación y el espíritu de superación de Rafa Nadalla alegría y el atrevimiento de Valentino Rossi; la perseverancia de Raul Gonzálezla solidaridad y el carácter lúdico plasmado en el juego de la Selección Española de Futbolel liderazgo de Paolo Maldiniy la “docencia” de Jose Mourinho, Arsen Wenger, Manuel Pelegrini.
Cualquier deportista, cualquier entrenador, cualquier persona tiene a su disposición las aportaciones de la psicología del deporte si quiere mejorar las habilidades emocionales que le ayudarán a competir, a liberar plenamente su talento en la situación de mayor exigencia y de mayor dificultad.
 JOSE CARRASCOSA
“EL EXITO EN LOS DEPORTES DE HOY ESTA EN ENSEÑARLES A COMPETIRA LOS DEPORTISTAS”.
OCTAVIO RIVERA