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jueves, 9 de junio de 2011

LA COMPRENSIÓN DEL FENÓMENO DEL FÚTBOL -Terecera parte- "PRINCIPIOS Y FUNCIONES EN LA ORGANIZACIÓN DE UN CLUB DE FÚTBOL"


Un Club de Fútbol es una organización que no se parece en nada al resto de agrupaciones humanas. Su carga emocional, las urgencias que manifiesta así como su composición, lo distinguen de cualquier otra empresa que quepa imaginar. Su naturaleza está compuesta por un área regida por una lógica netamente empresarial y otra, el equipo propiamente dicho, que se aproxima más al arte que a cualquier otra actividad y evoluciona ciclotímicamente, y en períodos cortos de tiempo  pasa de la euforia a la depresión, con escasa memoria entre fases (1,2). Pensemos en qué se parece el taller de un artista pintor y cualquier otra empresa imaginable,  mucho más difícil aún si a ambas se las pretende hacer funcionar estrechamente y con un mismo objetivo. Esta tercera parte la vamos a dedicar al estudio de los parámetros de los que dependen estas oscilaciones emocionales y de rendimiento, para lo que vamos a estudiar los PRINCIPIOS y FUNCIONES en la vida de un Club de Fútbol, centrados en su ESTRUCTURA (ver Segunda parte).
  • Un Club de Primera División tiene como cultura el sufrimiento de su afición. Padece entre dos y tres espigas cada temporada, en la que pasa del puesto 5 al 18 en la Tabla clasificatoria y ha descendido tres veces en treinta años. Su afición se comporta sin memoria de sufrimiento y el equipo padece una fragilidad en base a su deficiente cohesión. Los aficionados coinciden que los buenos momentos les hacen olvidar los malos, ocasión en que el Presidente adopta medidas importantes, que si esperara tres semanas no las haría: renueva a un mal entrenador porque ha ganado dos partidos seguidos y piensa por eso que no hay otro como él, se aventura a nuevos créditos financieros, hace declaraciones eufóricas a la prensa, y hasta en una ocasión tomó la decisión de casarse  de pura velocidad que llevaba, etc. Se da la circunstancia que la falta de cohesión de ese Club está en base a un defecto entre los Niveles I y II; el Club sufre una doble fractura, la propia de esa área demográfica con dos culturas dispares, una la preponderante (A) que ha creado un potente equipo, y otra (B), con un Club de menor rango; a su vez, la afición de B está compuesta de dos étnias, parte de la cultura A y parte de la B, esto hace que en el campo existan dos mitades de fans, una que con sus gritos ataca a la cultura A y la B que le responde contraatacando, un hecho certero para disminuir la cohesión y que le hizo exclamar a un jugador carismático "¡haber cuando se ponen de acuerdo esos mamones!".
PRINCIPIOS DE FUNCIONAMIENTO SOBRE LOS OBJETIVOS Y LA TAREA PRINCIPAL.

El OBJETIVO primordial de un Club de Fútbol es quedar lo más alto posible en la Tabla clasificatoria, para lo cual es preciso organizar las actividades propias compatibles con la ESTRUCTURA, PRINCIPIOS Y FUNCIONES que aquí vamos a analizar. Pero ocurre, que debido al alto nivel emocional que hay en un Club, al mismo tiempo que éste trabaja para su sana promoción como colectivo, se dan fuerzas iguales y contrarias que tienden a deshacer lo hecho, a causa de que determinados grupos de individuos buscan puramente su promoción personal fragmenntando el ambiente y la productividad. Este fenómeno, al que se le  llama ANTITAREA, es tanto más potente cuanto más confusión exista entre los niveles de la estructura de cualquier Club que se considere y más deshilachado se muestre esté como colectivo humano.
  • Un Club reitera temporada tras temporada la confección de un equipo incompetente por lo escasamente homogéneo y falto de recursos específicos para el trabajo que debe hacer; la conducta real del Club es la incorporación de funcionarios no adecuados, sean jugadores o no, que hace a aquel Club y equipo incompetente para la consecución de sus objetivos oficiales; esto último puede tener una doble causa: o es que alguien está imponiendo para su promoción personal un modelo técnicamente loco, o algo más psicológico, que ese Club tiene una tendencia irrefrenable al sufrimiento. Estamos haciendo alusión a la presencia de una ANTITAREA, expresión de la baja inteligencia de ese colectivo, porque al estar fragmentado no es capaz de llevar a cabo actos inteligentes, todo compatible con la presencia de grandes talentos individuales en cualquier tipo de funcionarios, jugadores o no. Recordemos aquel grito programático de un Presidente que dijo "¡ficharemos a los mejores jugadores del mundo...!", con lo que se aseguraba la baja cohesión, la conducta no inteligente y el seguro fracaso "de su modelo" a medio plazo.
La falta de  flexibilidad en el ambiente que como consecuencia de todo lo dicho se produce, se trata de compensar con medidas erráticas: "mano dura", "¡se tomarán medidas!", completado con el incremento de voluntarismos de corto alcance, "¡a partir de ahora vamos a ser una piña!" al tiempo que los jugadores se apilan físicamente los unos contra los otros formando una especie de cebolla, o se convocan al aullido de "¡a por ellos, oleeé, oleeé, oleeé!", con una interpretación pueril y disparatada del concepto de cohesión. Frente a unos objetivos caóticos y una tarea mal diseñada, suele emerger un personaje inteligente que dice "¡esto se soluciona con nuevas elecciones a Presidente!", cosa que suele ser cierta, a lo que el Presidente responde: "¡dimitir en una situación como ésta sería una cobardía!". En tales situaciones nuevas elecciones suele ser la salida técnicamente aconsejable, siempre que la afición, previamente, asuma las causas y consecuencias de su error.

SOBRE LA NATURALEZA ESENCIAL.

No hay más que dos naturaleza en un Club, la esencial constituida por la fraternidad y la material conformada por la distribución de su estructura en Niveles, en los cuales es básico el buen gobierno de los límites entre ellos. Remitimos al lector a la Primera y Segunda Parte para el recuerdo apropiado de conceptos.

SOBRE EL GOBIERNO DE LOS LÍMITES.

Aborda la pregunta de qué está pasando en el seno de esa colectividad, para cuyo análisis hace falta sensibilidad entrenada para captar las dinámicas humanas y que constituye una compleja especialidad profesional. El mal gobierno de los límites se suele hacer con tres tipos de instrumentos: hechos, palabras y pensamientos no verbalizados, pero sí afectivamente comunicados.
  • En un Club de Fútbol inmerso en una crisis aguda estructural, los Niveles III y IV, Presidente y afición, se entrecruzaban, invadían, atacaban y sustituían; el Presidente baja al vestuario a arengar a los jugadores, habla mal de ellos en Foros ajenos al Club y narcisos de todo tipo aprovechan para colocarse; todo este caos se transmite al equipo, cuya línea de malos resultados es ostensible, y el caos acababa minando la cohesión del mismo con la aparición de un signo preocupante, le llamaremos del "equipo invertido y cohesión burbuja": consistía en que en el juego del equipo, los defensas tomaban la iniciativa de sustituir a los delanteros, aquellos llegaban a ganar partidos con sus goles y fugazmente alcanzaba grados de cohesión brillante, coincidiendo con el rumor de que el entrenador iba a ser destituido; se producía un pancarteo en el Estadio y los ataques anulaban a los jugadores –recuerden aquellos de que la afición está metida dentro del equipo como el canguro lleva a sus crías-. El ataque a los límites y su mal gobierno se convirtió en universal para ese Club.
  • Los límites con punto de partida en el jugador son abundantes y depende del Nivel que se considere. Uno de ellos, entre los muchos, es el límite entre el jugador y la naturaleza de ese Club. Un jugador fracasa en un Club porque se considera de escasa calidad para el mismo, y ficha por otro, con el resultado que a los pocos meses le llama el seleccionador nacional, ¿qué ha pasado?: lo fácil sería que ha tenido mala relación con el entrenador, o que no le han pagado suficiente, o que él mismo ha tenido una crisis personal, todo podría ser, pero no, en este caso la razón fue que un jugador determinado debe de estar en el Club que específicamente vaya con la personalidad de ambos, con acoplamiento entre Club y jugador, por lo que estudiar los límites entre el Nivel V y el resto de Niveles siempre resulta útil y beneficioso para el ahorro y presupuesto del Club, el cual se evitaría inútiles y alegres dispendios. Aquí habría que hacer un estudio particular sobre la euforia como parámetro decisorio en las finanzas de un Club de Fútbol.
  • El gobierno de los límites en el Nivel IV es importante. Límites entre entrenador y jugadores, entre jugadores y su cohesión, entre el binomio entrenador-jugadores y el resto de Niveles, y por supuesto el gobierno de los límites entre el entrenador y sus jugadores: a nadie se le debería ocurrir fichar un entrenador que no tuviese un alto nivel de acoplamiento con los símbolos del Club y que se presumiera que dicho acoplamiento se podría extender a la relación con sus jugadores: ¿qué haría un entrenador guerrero en un vestuario de elitistas excelentes con nula cohesión?, lógicamente recurriría a la mano dura, lo que conduciría a una mayor disminución de la cohesión en el grupo.
  • En un Club de nivel medio gana las elecciones un personaje ajeno a la cultura que da origen al Club, personaje que frente a la hostilidad ambiental ataca todo tipo de límites, descabeza a quien ostentaba el vértice simbólico de esa organización y a la temporada siguiente ese Club militó en Segunda División.
  • En dos Clubs por separado existía en el primero de ellos dos jugadores líderes, que mientras su relación fue amistosa los resultados fueron óptimos. En el siguiente Club, con una problemática semejante pero agravada, existían cinco líderes con una cohesión de muy bajo nivel que no permitió ningún tipo de resultados y sólo con brillantez fugaz, comportándose el equipo como una entidad sin inteligencia, llena de talentos, eso sí; se da la premisa que una forma de definir la cohesión de un grupo es equipararla a la inteligencia expresada por ese colectivo, o lo que es lo mismo, la cohesión como pre-requisito del acto inteligente.
  • En un determinado Club, cuyos resultados han sido mediocres en función de un rico patrimonio, uno de los técnicos, de gran prestigio local, un verdadero gurú, decide retirarse de la profesión y pasar a ser Consejero invisible del mismo, manifestado esto en la afirmación del Presidente: "fulano ejerce de amigo", quiso decir de símbolo, de vértice inapelable. A partir de ese momento, el equipo inició una carrera de triunfos rupturistas en relación a una larga etapa anterior de vulgaridad, éste es el mismo personaje que ahora ha sentenciado "¡el presente ciclo se ha acabado!", circunstancia que le ha hecho al Club entrar en zafarrancho urgente de cambio.
SOBRE LA PARTICIPACIÓN.

Tomando como ejemplo los Niveles II y III, afición y Club, tienen éstos una relación tan estrecha como lo tiene una botella con el líquido que contiene. El Club nace de la afición y a ella se le debe hacer participar, no gobernar, con fórmulas distintas a la socorrida Asamblea anual. En un Club debería haber microasambleas deliberativas, informativas y consultivas que incrementan la fraternidad y disminuyen actitudes antitarea. Hay un importante Club en España, de excelente funcionamiento actual, que envía a sus socios mensajes SMS para informarles de la marcha del Club y del equipo, y que a la vez ha creado diversos grupos sistematizados de encuentro con los aficionados.

SOBRE LA ELECCIÓN DE FUNCIONARIOS:

Todo funcionario de un Club debería ser elegido por su acoplamiento con la naturaleza de sus cinco Niveles, así como con el vértice o símbolos que presiden el Club, nunca por decisión o voluntad de nadie, por ejemplo, el Entrenador no lo debería elegir un Presidente o un Director deportivo recién llegado, porque confíe en él, por ser su amigo o porque lo prometió en las elecciones que ganó, al contrario, este funcionario debería ser el representante de la idiosincrasia del Club, de su juego y su personalidad, y ser la persona idónea para llevar a cabo lo que a la MENTALIDAD COLECTIVA de ese club corresponda. Se entiende por MENTALIDAD COLECTIVA lo que piensa el factor común de los pensamientos individuales de los miembros que componen esa organización, por ejemplo un Director deportivo, él mismo un galáctico, es elegido por el Presidente porque procuró hacerse el encontradizo a la salida del despacho electoral y aquel elige a otro de su misma naturaleza, amigo de copas, cuya filosofía de juego nada tiene que ver con la afición y principios de ese Club, con el resultado final que cabe esperar.
  • Un aspirante a Presidente con sólidas posibilidades de serlo, decide hacer dúo electoral con un miembro, del "famoseo nacional", al objeto erróneamente de ganar votos con la imagen de este segundo personaje, aspirante a Presidente éste que con ésta medida atacó la función de la cohesión de su núcleo duro e inicial, nada más  comenzar el trabajo; en este caso, él mismo se unía a una persona con nulos niveles de solidaridad  e inductor de fragilidad por su "galactismo"que sin duda  contagiaba a su entorno. La consecuencia fue la ruina de sus expectativas electorales, que dejó sumido, a este gran profesional en su vida privada, en un mar de dudas; se dio la circunstancia de que la pareja de este aspirante a Presidente, nada más que aparecer públicamente como candidato a Vice, se debutó con la afirmación de que si salía elegido ficharía a "fulatino", que juega de no sabemos qué y que a su vez es un galáctico empedernido, y añadió: "¡es que fulatino me encanta!", como se verá no se puede esperar más despropósitos en una frase tan corta.
SOBRE LA IGUALDAD DE VALORES.

Todos los Niveles de este complejo cuerpo social deben percibir que aportan valores semejantes, que son por igual útiles y participativos, aunque con roles diferenciados, ya que cada cual ocupa "su función". La equivalencia de valores es uno de los factores más importantes para el frenado del ataque a los límites y a su mal gobierno. Este es un principio que tiene que tener un alto nivel de visibilidad, para que todos lo Niveles se sientan por igual necesario o decisivos en dicho Club, y que cada uno de ellos, especialmente el Club como empresa, sepan que no pueden hacer lo que quieran, sino que cada decisión esté tomada por consenso con la mentalidad colectiva de ese Club.

SOBRE LA COMPOSICIÓN DE LOS GRUPOS.

Existe un principio cuya importancia está fuera de toda duda y es tan decisivo como la selección de personal lo es para una Empresa. Los componentes de los diferentes grupos tienen que ostentar un alto nivel de acoplamiento con el resto de niveles y el conjunto de su estructura ser altamente homogénea y equilibrada.

SOBRE LA ADMINISTRACIÓN DE LA IMAGEN.

El mal uso de la imagen, de la palabra, de los afectos y el cultivo de la diferencia, mostrando un alto nivel de heterogeneidad no deseable, acaba creando disfunción y tantos objetivos subsidiarios como agendas privadas existan, con la consiguiente pérdida de la tensión requerida para la buena función. Se observa una relación directa entre el uso indiscriminado y múltiple de la imagen por todos y en cada momento y los malos rendimientos de ese Club. En definitiva un buen nivel de cohesión es incompatible con las agendas privadas y éstas se hacen presentes tanto con más frecuencia cuanto peor es el funcionamiento de ese Club.
  • En un determinado Club uno de sus más mediocres jugadores tiene una relación muy potente con una Agencia de prensa, razón por la que con suma frecuencia aparece en los medios, opinando de todo y especialmente en una línea de erigirse en líder "de lo que debe ser y de la fuerza", precisamente esto último nada que ver con los símbolos de ese equipo. Ese mismo Club aparece en los medios, también con suma frecuencia, donde en un mismo día Presidente, Director deportivo y más de un jugador, se lanzan a la erótica aventura de exponer "su pensamiento" que no es más que, a través de opiniones vacías, exhibir la fragmentación y confusión de ese colectivo.
:FUNCIONES EN LA MARCHA DE UN CLUB:

Existe un último condicionamiento técnico en el desenvolvimiento del Fútbol como entidad, que consiste en la integridad de tres funciones base de su buen funcionamiento: COHESIÓN, FLEXIBILIDAD Y MORAL. Se entiende por COHESIÓN un rasgo opuesto a la relajación, fragilidad y fragmentación, por este orden de importancia, como signos de fracaso del entramado conceptual estudiado. Se deben considerar elementos de la cohesión,entre otros, la comunicación con abolición estable de barreras entre individuos , la existencia de un grado suficiente de moral y confianza interpersonal en el grupo y su  homogeneidad, que minimice la presencia de sentimientos negativos en su seno: envidia, rivalidad y celos; en definitiva, cohesión es sinónimo de equilibrio.
Por su parte la FLEXIBILIDAD implica ausencia de barreras en la comunicación, por oposición a la comunicación interrumpida, realismo frente a confusión, fraternidad opuesta a insolidaridad, adaptación al rol como contrario de hacer cada cual lo que le venga en gana. Finalmente, la MORAL significa y comporta objetivos comunes, opuesto a agendas privadas, creencia en la propia efectividad, nada que ver con la duda sistemática, debiéndose distinguir entre desmoralización y saturación, estados éstos próximos pero diferenciados.

Anuncié también una circunstancia. Consiste ésta en que el símbolo o vértice, bajo el cual se debe situar la fratía que compone el Club, conviene que esté personificado, quiero decir, representado en la presencia de un personaje, que por ser admirado y por su autoridad venida desde abajo, más que por su poder dado desde arriba o por simple vía electoral, inspire confianza, respeto y estabilidad, y que juegue la función de recordatorio de los deberes de cada cual; puede ser, desde un Presidente adornado de tales características, hasta un personaje en la sombra, pero con los rasgos de vértice inapelable.
Qué hacer ante una situación de caos en una determinada colectividad deportiva, sea ésta inesperada por la interecurrencia de un conflicto o anunciada debido al agotamiento de un proyecto. Cualquier intervención técnica resolutoria tiene tres niveles.

I.OBSERVACIÓN del Club con la técnica requerida (3).                                                      II. ORGANIZACIÓN DE UN PROYECTO en función de los contenidos que en este ensayo se han estudiado. 
III. DESARROLLO DEL MISMO en el tiempo y con el encuadre requerido; se debe de entender por encuadre un concepto superponible al anglosajón de setting, ya que de no tenerse en cuenta o hacerse mal, el encuadre afecta a las decisiones que se hagan sobre el contenido. Lo decisivo es estar armado de una teoría verificable y sólida, el resto es práctica y Manual, pero hasta ahora en el Fútbol no existió ni una cosa ni la otra, que todos debemos levantar como se erige un edificio.

Algún anticristo está expulsando a la Historia de su Templo-Catedral, hoy reconvertido en Estadio-Catedral, y lo está haciendo con el látigo lento del paso suave de los siglos. En un rincón de ese nuevo espacio, con recuerdo de olor a incienso, se encuentra el Hombre, con espera y certezas, sin esperanzas y con escasas dudas. Confía sólo en sí. Un gol de la evolución.

Ángel Martínez Pina.

RECOPILACION FUTBOL FORMATIVO.

BIBLIOGRAFÍA
1.    Miller, E. From dependency to autonomy. Studies in organization and change. Free Association Books Ltd. London, 1993.
2.    Martínez Pina, A, Martínez-Pina García, P. EL FÚTBOL. Una teoría psicológica para comprender este deporte.
3.    Hinshelwood, R.D. y Skogstad, W. Observing Organisations. Routledge. London, 2000


LA COMPRENSIÓN DEL FENÓMENO DEL FÚTBOL -Segunda parte- "ESTRUCTURA Y ANTIESTRUCTURA DE UN CLUB DE FÚTBOL".


LA SARDANA.
No parece que exista un tema de dinámica de organizaciones, que habiéndosele dedicado menos atención sea más útil un ensayo para su comprensión. Para disipar incógnitas sobre éste analisis convien decir que se pretende hacer en base a principios teóricos sólidos que frenen las veleidades de quien lo lleve a cabo, sea aficionado al Fútbol o no. En este caso el trabajo se proyecta sobre un doble apoyo conceptual, la Teoría General de Sistemas y la Psicología Dinámica aplicada a grandes colectivos (1,2,3,4).
Comparando cualquier tipo de institución, sea una empresa comercial o industrial, una asociación pedagógica o cualquier agrupación administrativa o política, ninguna de éstas tiene nada que ver con el singular e irrepetible fenómeno que es un Club de Fútbol. Es cierto que todas estas entidades dependen de un mercado que les valora sus productos y como consecuencia les siguen apoyando o no, pero la relación en ellas entre compradores y productores, nada tiene que ver con la que se da en el Fútbol, con esa relación caliente, comprometida, inestable, próxima y urgente que existe entre un Club de Fútbol, que oferta fútbol y su afición que recibe fútbol y resultados; consecuencia de ello la afición continua apoyando a su Club o decide responderle con un zapping mental. A su vez, por muy compleja que sea una empresa, el desenvolvimiento de sus respectivos departamentos, aunque distintos son complementarios, todos van dirigidos a la consecución de un objetivo, la fabricación y venta de un producto para ser aceptado en el mercado. ¿Pero qué relación existe entre el área de gestión de un Club, presidida por una técnica sujeta a control y verificación, y el área del equipo con su entorno deportivo,que es sobre todo un arte, en donde los resultados son difícilmente verificables y replicables?, ¿en qué se parece el buen estado en forma del equipo con el marketing de camisetas o la estrategia financiera de ese Club como empresa?.
Club-empresa y Club-arte son dos departamentos en los que, debiendo haber una comunicación fluida y a la vez autónoma entre ellos, ésta está plagada de salvedades, cuidados, advertencias, temores y reglas, dada la atracción, muchas veces irresistible y enfermiza, que ambas áreas tienen para invadirse mutuamente, especialmente la gestión empresarial sobre la evolución del equipo. Pero la complejidad no acaba aquí, ya que concéntricamente al Club, hay una sociedad que crea una afición y ésta que funda a un equipo, para que le sirva de espejo y le dé identidad y estima a través de sus buenos resultados. De todo se deduce, que la relación afición-equipo merece una consideración aparte, ya que la comprensión de este complejo negocio radica en la mencionada conexión, y quien así no lo considere podría revisar sus criterios al hilo de lo que aquí se intenta sugerir.

¿QUIÉNES SON LOS DUEÑOS DE UN CLUB DE FÚTBOL?

Quien de forma inapelable es el dueño de un Club de Fútbol es la cultura que le da origen y esto sigue siendo cierto, aún en el caso de que el dueño material sea un socio opulento, muchas veces, más de las deseables, coincide con ser un sujeto particular que lo mejor que ha hecho en su vida es fumarse un voluminoso puro, si es que lo hace, pero que con la calidad de lo probable suele enviar a su Club al caos; o por el contrario, esa afición decide sabiamente organizarse en forma de una sociedad mercantil, en este caso el sistema ideal para que afición y equipo estén en buena cohesión y acoplamiento; ésto ultimo  equivale a ganar la primera batalla a la mala estructura, lo que aquí se va a llamar antiestructura de un Club.
La cultura es la forma de vida que preside una colectividad, sus valores, normas, mitos, creencias y muchas cosas más (Hegel). Este intangible delega y está representada por la afición, y ésta a su vez crea un Club para que haga caminar a ese complejo y versátil organismo cultural que es quien le da su verdadera naturaleza. Por esto, cuando la afición elige a un Presidente, en última instancia quien gana o pierde los partidos, la masa social debería contener la respiración y decir ¡silencio que se rueda la película de un posible error de larga trayectoria!, afición que debería cruzar los dedos y confiar en su acierto; si no es así, la goleada en contra se producirá a la velocidad que nos pasan los días felices. Afición y Presidente son en definitiva las instancias originariamente responsables, el promotor que decide construir el edificio y el arquitecto que lo concibe, el resto de cuestiones son secundarias, un mero problema de hacer las cosas según dicten los manuales, que además no existen; a pesar de la historia e importancia del Fútbol, éstos están por escribir. A esta arriesgada tarea va dirigida esta propuesta que les voy a hacer, aventura que por su dificultad está algo coloreada por el atrevimiento de quien a ustedes se dirige.

LA RELACIÓN AFICIÓN-EQUIPO.

El proceso de la relación afición-equipo es una realidad tangible y bien estudiada por la psicosociología de grandes colectividades. El mencionado proceso está constituido por un mecanismo con tres fases:

1. Una afición funda un equipo según el modelo espejo, a su imagen y semejanza, por lo que el Club que se deriva, y en el mejor de los casos, es un clónico de la afición que le da origen y reflejo de todo tipo de características que definen a tal grupo poblacional. Dicha afición implanta un sistema de valores que juegan la función de vértice de esa fraternidad, según lo estudiado en el artículo anterior, poniéndose en marcha el funcionamiento de ese Club, reflejo de la naturaleza de esa afición. A partir de entonces la afición está literalmente metida dentro de su Club y de esta forma invade al Club, lo habita con la psicología del señor-propietario, en una relación caliente, comprometida, inestable, dependiente y frecuente, pero sobre todo con una dependencia y aires de necesidad, y una relación tan estrecha como la que puede existir entre madre y bebé, donde cualquier mal gesto de aquella, al niño le afecta y protesta, vocifera y ataca. Figúrense el modelo de las vías de un tren, en el viaje, al pasajero le llega en directo toda la suavidad o deterioro de los raíles-clubs por los que transcurre el tren-afición, o a la inversa, tanto da.

 2. El Club, especialmente el área deportiva, trata de interpreta el papel que le han dado, debe representar a su afición y estar atento a los símbolos que lo presiden. Con el mandamiento de que ellos deben estar presentes en el desarrollo de cada una de las funciones de sus diferentes áreas, para que entre Club y afición haya el máximo de acoplamiento y cohesión.

 3. El Club hace futbol y crea resultado y recibidos éstos por la afición, ésta en correspondencia redobla  su apoyo al Club. Este así asume la alta función de mejorar, mantener y cuidar a esa afición, como lo hace un terapeuta, un educador, un cuidador, y de esta forma se debe entender para que cada cual aguante su vela con la dignidad y eficacia de quien sabe lo que tiene en sus manos. El proceso de entregarse la afición al Club, supone la proyección de su identidad en él, proceso al que se le denomina de IDENTIFICACIÓN, o lo que es igual, crearlo a su imagen y semejanza, por el contrario, al camino mediante el cual el Club recibe ese mandamiento poniéndolo en marcha, se le denomina de CONTRAIDENTIFICACIÓN.

Cabe resumir que entre afición y Club hay una relación vital, de urgencia, no prescindible, emocional y necesaria, parecida a la existente entre un alumno que elige un profesor, que le va a enseñar y le puede suspender, o entre el paciente que pide ayuda a un médico y éste hace su trabajo que le sirve al enfermo para elevar los niveles de su salud y al alumno para que aprenda y crezca. Se ponen los dos casos de enseñanza y salud por ser vitales para cada uno de nosotros, nada que ver con comprar manzanas en la frutería de la esquina o un jersey en el primer almacén que encontramos al salir a pasear, compras de las que se pueden prescindir sin más, no es éste el caso del Fútbol. Les propongo aceptar, que entre Club y aficionados existe una relación más allá de emocional, es casi física, si el Club tiembla, el aficionado, para decirlo suavemente, se turba, y los más metidos emocionalmente en su Club llegan, com fué un caso historico, ha tener un accidente de carretera mortal.

LA COMPLEJA ESTRUCTURA DE UN CLUB.

Un Club de Fútbol tiene una naturaleza semejante al cuerpo humano, está compuesto por partes tan variadas como diferentes, tan aparentemente poco complementarias como necesaria lo es la una para las otras, y tan arriesgado no dar importancia a cada una de ellas como inventar alegremente modelos para destacar unas y minusvalorar otras a capricho del inventor. A un Club de Fútbol hay que estudiarle su naturaleza y respetarla, si no se hace así le ocurre como a un médico que se inventa modelos de comportamiento que van en contra de la verdadera naturaleza de ese organismo al que trata, lo que puede llegar a dañarlo seriamente y el médico inventor quedar como un iluminado curandero. Veamos un caso particular.
En la Universidad de Harvard (Massachusetts, USA), Universidad radicada en Norteamérica, país que no se distingue especialmente por su conocimiento del Fútbol europeo, despertó un extraordinario interés el modelo, general y económico, de un Club de Fútbol de nuestro entorno. Fue ideado por un Presidente, que arropado por la ilimitada confianza en sí mismo, por su brillante éxito privado y por la ilusión desbordada de ocupar el puesto, olvidó lo que era un Club de Fútbol, dando la espalda a la compleja y específica maquinaria que tenía enfrente, nada que ver con una empresa al uso, regido el Fútbol por unas leyes específica e inapelables. Para explicar en que consistió el modelo, el autor de este artículo les confiesa, que las tres fuentes de conocimiento usadas para escribirlo fueron: cuarenta años de observar críticamente fútbol y tratar de extraer alguna teoría sobre el mismo, así como haber escrito una tesis universitaria sobre la dinámica de un Club de Fútbol; segundo, haber hecho una especialidad profesional en comportamiento humano, individual y colectivo, por último haberse inspirado en el análisis de los errores de este Presidente referido, que detenidamente estudiados se erigen en un verdadero manual de conocimiento negativo.

El resumen de su modelo cabe definirlo como lo contrario de la estructura, principios y funciones que parecen presidir el funcionamiento de un Club de Fútbol; este Presidente inventó una ANTIESTRUCTURA, desbordando los principios de funcionamiento en los que podría ser comprensible se pueda apoyar el Fútbol; transplantó a su Club lógicas que nada tienen que ver con este espectáculo, que sin duda extrapoló de su indudable inteligencia y vasta experiencia empresarial, sumió al Club en un caos y después de hacerlo, súbitamente se sintió agobiado y con la rapidez que lo suelen hacer los magos, desapareció de la vista de la afición, afición que representaba a un País; ¿Consecuencia?: un verdadero problema para quien lo sustituyó, que desde entonces  su marcha era parecida a la de  quien tropieza en un grueso pedrusco y acaba con marcha de ebrio, unos metros más allá, tendido en el asfalto.

La irresistible seducción que este planteamiento modélico tuvo en la prestigiosa Universidad, le hizo ganar el Premium Collection de Harvard, distinción reservada a los casos más brillantes y de mayor aceptación por el alumnado.
Aquí se propone basar el estudio de lo que es la estructura organizacional de un Club de Fútbol y olvidarse de lo que son modelos inventados de funcionamiento, que puede ir en contra de la estructura natural de ese organismo. UN MODELO es un esquema conceptual, susceptible de un tratamiento matemático, que interpreta o predice el comportamiento de un sistema en el que se desarrolla un fenómeno determinado; los modelos están hechos preferentemente para estructuras inanimadas, susceptibles de tratamiento matemático, frente a las estructuras vivas, que piden se estudien y respeten su morfología natural, debiéndose limitar el tratamiento de las mismas a rehabilitar su estructura, principios y funcionamientos innatos, evitando imponer nada desde fuera y buscando rehacer como era su funcionamiento natural.

Les propongo dividir el estudio de un Club de Fútbol, como organización humana compleja, en dos fases: PRIMERA, naturaleza de su estructura material, SEGUNDA, principio de funcionamiento y funciones que lo inspiran, esto último a tratar en un próximo artículo.

NATURALEZA DE LA ESTRUCTURA MATERIAL DE UN CLUB DE FÚTBOL.

Se propone entender por estructura los diferentes subsistemas que concéntricamente van apareciendo y que coinciden con grupos sociales polifuncionales, hasta llegar a los individuos y a su mundo interno. Los cinco niveles que propongo son: 

I- LA SOCIEDAD.
II- LA AFICIÓN.
III- EL CLUB-EMPRESA. 
IV- EL ENTRENADOR-EQUIPO. 
V- EL JUGADOR.

Nivel I: La Sociedad, es decir una cultura definida por sus valores, crea al Club, como origen del sistema global. Para el Real Madrid sería España, para el Barça Cataluña, al Betis le hace nacer un determinado sector de la sociedad sevillana y al Sevilla otro, y así sucesivamente, al Milan y al Inter le apoyan dos segmentos diferenciados de la sociedad lombarda, y el caso de Escocia es aún más claro, ya que en Glasgow, dos culturas religiosas escenifican su enfrentamiento a través de las creencias, valores, de dos Clubs de este lugar.

Nivel II: De éste se deriva la afición, cuya compleja estructura muestra tres subniveles: la que va al Estadio, la afición de butaca y la afición informada, la que sigue desde lejos, aunque puntualmente, la evolución de los acontecimientos. A su vez la afición es un tejido social compuesta de partes de diferente naturaleza, con diferencias culturales, económicas, motivacionales e incluso raciales; por ejemplo en un Club de un país nacionalista, en el seno de la misma afición se dan todo tipo de tendencias, un mosaico digno de ser analizado (5), donde el vértice hace entenderse a hermanos enfrentados con virulencia en otros aspectos, por ejemplo en los étnicos.

Nivel III:Del mismo nace el Club con una naturaleza poliédrica, y a su vez con dos subniveles, la Empresa gestora, al mando de un Presidente, en realidad el cerebro del Club, el que en definitiva gana los partidos, que con su buen hacer mantiene el equilibrio general y el del equipo. Por otra parte el equipo, que al mando de un Entrenador produce fútbol de calidad variable. Estas dos contrapartes es preciso someterlas al examen de los principios que en un próximo artículo se analizarán. Presidente y Entrenador constituyen una pareja, como lo fueron las dos columnas del Templo del Rey Salomón, JAKIN y BOAZ, sobre las que todo se cimenta, y bajo cuyo arco discurre toda dinámica; este doble pilar tiene que reunir las características de, estar bien elegidos de acuerdo con los valores del Club, tener un escrupuloso conocimiento de lo que significan para el mismo, cumplir meticulosamente los principios de la relación de pareja con el objetivo final que produzcan buenos resultados sin desmayo, finalmente ser fuertes, muy fuertes, sobre todo para que soporten la carga de tan pesado y convulso templo. Cuando por ejemplo en este dúo se interpone un tercero al mismo nivel que la pareja, llámese Director deportivo o lo que se quiera, se ha de saber que se está creando un triángulo y esto siempre impone una dinámica muy particular que hay que ser consciente de ella y saber manejar; la relación ha de ser de la pareja Presidente-Entrenador, y aunque los dos representen áreas muy distintas, no son más distintas que los géneros de la naturaleza humana.

Nivel IV: El Entrenador-equipo, que como grupo humano se constituye en el corazón de la Institución. La consideración de este Nivel requiere un estudio aparte, que resumiéndolo se limita a pasar este binomio entrenador-equipo por un análisis a la luz de los principios que se expondrán, pero en cualquier caso es imprescindible que el entrenador tenga una conducta humana en su actuación, en base a lo que és y a la función que debe realizar, la de ser un sólido continente que estimule el crecimiento, promueva el bienestar y la confianza y obtenga el óptimo rendimiento de sus jugadores, y aquí no hay manuales que valgan, o el entrenador tiene unas características personales acopladas a los valores del Club y una personalidad bien equilibrada y vocacional, o el error está asegurado. Y si alguien quiere un manual del buen entrenador, piense en una sugerencia de las varias que cabe hacer, que responda a la idea de un buen padre, sabio, prudente, equilibrado, amoroso y exigente, puesto de trabajo para el que los habladores y narcisistas de toda laya se deberían abstener.

Nivel V: El jugador con dos subniveles: El mundo externo de su vida profesional y personal visible, y su mundo interno, que en principio a él sólo pertenece y del que depende parte de su rendimiento puntual, ¡a él y al profesional que se ocupe de su apoyo psicológico!, tan necesario en un Club donde se hagan las cosas atendiendo a la naturaleza de las mismas. 

La interinfluencia de los niveles I a V es tan decisiva como la inversa, del V a I. A su vez, la influencia del Nivel I, y sobre todo el II, sobre el resto, es importante como lo es para una persona que se está educando su educador, para un paciente su terapeuta o para un niño sus padres. Estos Niveles son como sistemas semiabiertos, presididos por el principio del deslinde o límites, que en otro momento se verán, deben funcionar comunicados y con cohesión, variable ésta mediada por lo dicho sobre la fraternidad.

En resumen, la hipótesis que aquí se defiende es que un Club de Fútbol es una organización con dos áreas, que debiendo permanecer deslindadas deben estar en comunicación: una empresa, cuyo curso pertenece a lo previsible de la técnica, que a través de su gestión nutre y apoya a un Equipo, y una sociedad equipo-entrenador, que perteneciendo más a la dinámica del arte y por ello menos replicables y verificables sus resultados, su objetivo es producir buen Fútbol. Un Club, a su vez, es un universo formado por los cinco subsistemas dichos, más otro intangible, no menos real, el "mercado" dentro del cual funciona, formado por el conjunto de Liga o Ligas en las que participa. Equipo y Empresa son un binomio cuya vida se desarrolla en un marco dinámico y poliédrico, a su vez, estas dos áreas como pareja, deben estar sometidas al cumplimiento de principios, unos obligados, y otros específicos y facultativos de un equipo en particular.

LA INTELIGENCIA DE UN CLUB DE FÚTBOL.

Se entiende por inteligencia una sutil función de la mente, integradora de sus diferentes partes, que con una función general, la inteligencia propiamente dicha, y otra específica, sus talentos, precisa para manifestarse del nivel más alto de acoplamiento y concordancia, entre las diferentes áreas de las que se compone esa realidad personal. No se concibe una personalidad, individual o colectiva, que siendo su funcionamiento anómalo, pueda hacer visibles rendimientos adaptados. Figúrese un Club de Fútbol compuesto por una antiestructura y violando cada uno de los principios de funcionamiento sugeridos, pueda generar rendimientos inteligentes. No es posible, si esto es así, si los diferentes niveles están desacoplados y sus funciones perturbadas, los actos inteligentes no podrán darse, aunque alguna de las partes de ese colectivo pueda ser su naturaleza altamente dotada, en alusión al fenómeno galáctico o al grito de guerra de ¡A este Club vendrán los mejores jugadores del mundo!. En este último caso estaríamos ante colectivos próximos a la subnormalidad, que de hecho pueden exhibir talentos parciales. La inteligencia pide funcionamiento armónico para manifestarse y estructuras bien funcionantes para obtener rendimientos, funcionamiento que se ve perturbado cuando la integración y armonía de las partes no se produce. En este caso no solamente se observa el fenómeno que hemos llamado de la antiestructura sino que se manifiestan como atacados la mayor parte de principios y funciones por estudiar: PRINCIPIO DE LA FRATERNIDAD, DE LOS LÍMITES, DE LA PARTICIPACIÓN, DE LA ELECCIÓN, DE LA IGUALDAD DE VALORES Y DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA IMAGEN; igualmente se ven perturbadas las tres funciones básicas de cualquier colectivo deportivo.

Ángel Martínez Pina.

RECOPLACION FUTBOL FORMATIVO.

BIBLIOGRAFÍA.
1.    Menzies Lyth, I. The dynamics of the social. Selected essays. Vol. II. Free Associaton Books. London, 1989.
2.    Colman, AD y Bexton, WH. Group Relations Reader 1. A.K. Rice Institute. Washington, 1975.
3.    Colman, AD y Geller MH. Group Relations Reader 2. A.K. Rice Institute. Washington, 1985.
4.    Hinshelwood, RD. What happens in groups. Psychoanalysis, the individual and the community. Free Association Books Ltd. London, 1987.
Martínez Pina, A. LA OBSERVACIÓN EXPERIMENTAL de los partidos de un equipo. Deducciones teóricas sobre el juego y dinámicas de comportamiento de un Club de Fútbol. Tesis universitaria, 1999. 

LA COMPRENSIÓN DEL FENÓMENO DEL FÚTBOL -Primera parte-

                                                El baile de Henri Matisse


Primera parte.

El Fútbol es un fenómeno que no deja indiferente a nadie. Su voracidad en cautivar y su penetrante seducción causan sorpresa en la mayoría, a muchos les irrita ¡otra vez el partido! y sin duda provoca goce en sus seguidores. ¿Su mérito?: Haber llenado una inmensa carencia de motivaciones colectivas pendientes y comportarse como una especie de enviado, como si el Godot de Samuel Beckett hubiese llegado finalmente con su ayuda a a confortar a las masas. Cómo es que un balón a los pies de 22 hombres ha desplazado la atención de los colectivos humanos, de estar concentrados en la trascendencia y demás valores, a estarlo en la radical intrascendencia de una pelotita moviéndose en un rectángulo de juego con la suavidad de la vaselina. Algo está pasando susceptible de ser comprendido. Cómo es que el Vaticano, para que la gente no se olvide de adorar al Dios verdadero, se ha decidido a mezclar la trascendencia de la Religión con la instrascendencia del Fútbol profesional y crear un equipo de élite de este deporte para poder pasar, con el tíquet del Fútbol, en la Sala de cine de la Historia, bajo el gabán de la evolución de los tiempos. En lo que se refiere a los estrategas del Vaticano, cabe inducir dos posibilidades: una licita oportunidad para  permanecer presente y cumplir su misión transcendente o una posibilidad más honda e innovadora, el haber descubierto espiritualida sensible, ligada a la humana sencillez, acercandose a filosofias humanas hasta ahora consederadas alejadas ¿ probablemente porque entre Jesús de Nazaret y otras sensibilidades esprituales sólo haya una mera continuidad dimensional, en linea con la modernida? la jerarquia católica tiene la decisión en su mano,algo parece moverse.A esta segunda opción dedicamos este primer análisis sobre el Fútbol.
LA ESPIRITUALIDAD, COMO LA ENERGÍA, NO SE CREA NI SE DESTRUYE,
SE TRANSFORMA.
El Fútbol se ha convertido en una imponente manifestación reflejo de nuestra naturaleza física y mental; lo tiene todo para que esta afirmación no sea una mera salida de tono. En él se dan dos contrarios que luchan, igual que en nuestra mente lo hacen dos ideas, o en la vida social nos enfrentamos dos personas, dos oportunidades, siempre debemos debatirnos entre dos realidades opuestas, y todo esto se da en nosotros acompañado de una tormenta emocional, pletórica de rivalidad, celos, lucha, fuga, emparejamiento, incluso envidia y odio. Y también amor, al más puro estilo edípico de vencer a alguien o a algo. Pero además el Fútbol nos proporciona la posibilidad de satisfacer necesidades muy tangibles, elementales, es cuando los miembros de un Club pueden hacer en el mismo vida de familia, dándonos la oportunidad que al ir al Estadio o ver la Televisión, volvamos a jugar, justo como lo hacen y lo hicimos cuando niños, y todo con el aderezo de sentimientos muy hondos de goce, triunfo, fracaso y de tener la razón también, porque para todo aficionado, de manera inapelable, su opinión es la cierta. ¿Qué otra instancia social nos da más y nos pide menos?. ¿Acaso en el Fútbol no existe mística y hasta espiritualidad?, comencemos a dudarlo. Es posible, por lo dicho hasta ahora, que Iglesia y Estadio se comporten antropológicamente como vasos comunicados, como portadores de una común energía reconvertida. ¿No es la misma emoción humana transformada la que antes rezaba en las Catedrales y ahora se expresa en los Estadios?. Lo que sí cabe afirmar es que con el cambio experimentado, cualquier anónimo individuo ha pasado, de la indigencia a la realeza, del sí señor al yo señor y de ahí poder dirigirse libremente al Señor que elija. ¿Hay quien dé más?: el comunismo lo intentó y el resultado a la vista está. El Fútbol no es un fenómeno intrascendente y superficial como con ligereza se suele afirmar, quien así opina es posible que incurra en precipitación y superficialidad, porque en su seno se adivina una misteriosa energía humana por investigar; es como si se hubiera convertido en una nueva referencia religadora, cuya accesibilidad nos permite conectarnos a ella sin el más mínimo dolor, exigencia, promesa, ni premio ni castigo, aquel que no va más allá del resultado del partido o de la tabla clasificatoria, porque todo empieza y acaba en el Fútbol mismo, sensible y próximo, irritantemente elemental. Una lección de humildad existencial, alejada de todo valor al uso.
Si cualquier enamorado de las estadísticas calculase el número de fieles que visitan la Iglesia, o el número de aficionados al Fútbol que acuden al campo, los Estadios sin duda acogen hoy a más aficionados que las Iglesias a feligreses, en definitiva, el Fútbol está ganando este partido por goleada, y hay razones poderosas para explicarlo, la principal de ellas: el hecho de que cuanto mayor es un grupo humano, más emocional y pegadizo para sus participantes, menos crítico y de más fácil manejabilidad, pase lo que pase allí atrae y produce adhesión. Recordemos que los grandes líderes religiosos así lo han comprendido, y con frecuencia organizan sus encuentros apostólicos en las grandes plazas, -grandes espacios- también en los Estadios, por lo que el trabajo es de todos para ver espiritualidad allí donde no lo parece que la haya y buscarle sentido, para que en definitiva a todos nos haga más humildes y humanos. Si se pudiera generalizar el modelo de la Iglesia de Santa María del Mar en Barcelona, Templo levantado por el pueblo llano en los tiempos de Ramón Berenguer IV y del Archidiácono Bernat Llull (1), también entonces existían dos tipos de templos, las grandes Catedrales y las Iglesias episcopales y menores, hasta llegar a las ermitas más de "tercera división"; las Catedrales eran construidas por la nobleza y el capital, y las Iglesias de menor rango por el pueblo, justo como ahora ocurre con los equipos de Fútbol, que en un ciudad importante suele haber dos, uno que representa la burguesía y otro al pueblo más a pie, no hace falta ejemplos que están en la mente de todos.
Un apunte más al significado que el fenómeno tiene en base a este modelo espacial que les sugiero. Con anterioridad al Siglo XII existían las Catedrales románicas, Santiago de Compostela, Cahors, Winchester o Maguncia, y también antes de los años cincuenta del Siglo XX, ocho siglos después, existía Fútbol en Europa, pero fue a raíz del Siglo XIII entonces, y ahora después de la Segunda Guerra Mundial, en 1950, que apareció la necesidad de construir monumentales Iglesias episcopales entonces y enormes Estadios de Fútbol ahora: Chartres, Toledo, Burgos, Salsbury y York en el 1300, y campos de fútbol que están en la mente de todos, en nuestros años sesenta. ¿Qué pasó en el mundo occidental en esos dos momentos cruciales?, puede ser que un mismo fenómeno de superación, pero de signo bien distinto, el señor feudal fue vencido entonces, y en los años 50 se vencieron también otros muchos señores y opresiones. Ciertamente en el Siglo XII la sociedad consigue vencer a los feudales, se abrieron nuevas rutas viarias, se multiplicó la actividad comercial entre poblaciones separadas, la sociedad tomó conciencia de sí misma y nació la burguesía, verdadero esqueleto que mantiene en pie las ciudades, y también a la burguesía de entonces le nacen nuevas y más elevadas motivaciones, una vez satisfechas las más primarias, en este caso doble, la de liberarse del yugo de los señores de la guerra, y la de ser acogida en un espacio de protección espiritual. Por ello y de forma consiguiente, surge la necesidad de lugares de oración y comunicación con los que identificarse, amplios y altos, impresionantes, las monumentales Catedrales góticas, la de Colonia lo construyeron con 152 metros de altura.
Volvamos mentalmente ocho siglos después, el salto de la Edad Media. En 1950, vencida la inutilidad de la guerra basada en la ideología, superada en Occidente la miseria, la desigualdad, también la enfermedad con el apogeo de la Medicina, surge en las masas la necesidad de una instancia permisiva y tolerante, no feudal, pero también sin promesas o solicitudes, y los individuos pasan por primera vez en la historia a ser el centro de su universo. Es el momento en que aparece la necesidad de un espacio, también catedralicio, los Estadios deportivos, de dimensiones también colosales, San Siro, Old Traffor o Nou Camp, porque los hombres somos seres enmarcados en el tiempo de nuestra finitud y también en el espacio que nos contiene, y recordemos que el primero de ellos fue el útero de la madre, del que todos derivamos, le sigue el espacio del hogar y todo lo que nos rodea son espacios-continentes en nuestra vida, como lo es el Estadio y la Catedral, ¡ y hoy las grandes superficies comerciales, donde "espiritualidad" y comercio se hermanan!; son éstos lugares sin duda de acogida, expresión y comunicación, según toca en cada momento de la Historia, y que nos remiten a la necesidad de ser acogidos, expresarnos y comunicarnos, ahora con un formato muy diferente, superadas las opresiones en cadena, y que nos invitan a coger el tren de la metamorfosis de los tiempos.
Dos reflexiones últimas concluirán este primer artículo: la extraña similitud y fraternidad entre el Fútbol e Iglesia, como espacios, y entre el Fútbol y la Religión como esencias, y una última consideración, la voluntad inteligente, sorprendente y reciente del Vaticano, liderada por uno de sus príncipes, el Cardenal Tarsicio Bertone, Secretario de Estado Vaticano, en secularizar la Clericuscup, reservada solamente a religiosos, y hacer nacer nada menos que el Vaticano Club de Fútbol (2), con aspiraciones de jugar en el Calcio y ser un miembro más de la FIFA y en la UEFA; pero que nadie piense que en el Vaticano Club de Fútbol y por continuidad, no existe espiritualidad como también la hay en el más modesto equipo de la más escondida aldea o en la más pequeña ermita del villorrio más apartado.

DOS FRATERNIDADES EN UN SOLO ESPACIO.
Se puede adivinar una mayor proximidad antropológica entre estas dos organizaciones, Iglesia y Fútbol. Cabe sugerir que ambas, si se comportan con un óptimo nivel de funcionamiento, se evidencia que sus comportamientos se rigen por un mismo principio o filosofía de desarrollo, el de la fraternidad. Siempre se nos ha dicho que para ser buenos feligreses de una Iglesia debemos ser hermanos en ella, por oposición, también para que un Club de Fútbol funcione con eficacia y rendimiento, vamos aquí a mantener la tesis que debe funcionar también como una fraternidad. Este fenómeno humano nada tiene que ver con el abrazo por Navidad y el "te quiero hermano mío", al tiempo que asoma una lágrima en el vértice del ojo. Por fraternidad se debe entender el conjunto de personas que unidas por la concordia y lealtad, comunicación y simpatía, están presididos por un mismo vértice o símbolo, los padres y las tradiciones familiares para la familia, Dios para los creyentes y los símbolos e ideología de un Club de Fútbol para sus seguidores. El fondo del razonamiento es, que tanto en Religión como en Fútbol, existe un alto nivel de emoción, creencia, constructos humanos éstos anteriores al pensamiento y al concepto, parámetros éstos los emocionales, que por lo humanos e inestables, requieren un mecanismo corrector que los estabilice para rescatarlos de la ciclotimia de su posible evolución errática, ¡has perdido la fe hijo mío!, siendo la fraternidad la fuerza que propongo para que ésta proporcione la camisola de fuerza estabilizadora. Se debe de comportar así la fraternidad como una especie de sustancia tampón, como es la que en Química mantiene otro equilibrio, el ácido-base, con objeto de que dicha variable equilibradora sea capaz de minimizar, tanto la heterogeneidad del cuerpo humano que se considera, como el alto nivel de emoción que caracteriza su funcionamiento, no siempre sujeto a control racional por su fácil entrada en confusión y desequilibrio, lucha y caos. Ya se puede entrever, que históricamente las organizaciones de alto contenido emocional y para ganar en estabilidad, han recurrido a dos fuerzas, la fraternidad por una parte y el poder, autoridad, autoritarismo, verticalidad y rígida jerarquización por otra, pero dado el imparable proceso de horizontalización en la dinámica de cualquier organización, los mecanismos más primitivos de control, como puede ser el mando autoritario, están perdiendo aceleradamente vigencia.
¿Qué es la fraternidad?. Platón en su Banquete (3) la señaló como aquel factor que crea en el grupo un sentimiento de yo-nosotros, haciéndole comportarse como un Uno particular, teniendo como resultado que esa organización fraternal se conduce como un solo cuerpo que alberga a muchos espíritus andróginos, tantos como miembros forman dicho conglomerado social. A su vez, todos estos espíritus-individuos aceptan asumir una doble condición: la de estar presididos por una realidad superior a la que todos obedecen sin apelación, y tener entre los miembros de ese grupo una relación basada en la empatía y concordia, comunicación entre agendas particulares y convergencia con consenso impuesto por la pertenencia a ese solo cuerpo que es el Club o a esa sola realidad que es su Iglesia, ambos presididos por un solo vértice, sea éste creencias religiosas o símbolos de una organización, los del Club en este caso. De esta manera, somos hermanos en aquella Iglesia, por ejemplo "en Cristo", o bien obedecemos a los símbolos de aquel Club, lo que supone el freno de toda divergencia y emoción de ruptura. La concordancia y el debate con consenso obligado, están hechos para la fraternidad, en tanto los acuerdos, consensos, pactos, complementariedad de posturas diferentes y agendas enfrentadas, son para la convivencia social, para un tipo particular de trabajo del que se derivan productos diferentes, o incluso para la investigación científica, la actividad política o social, para las que del enfrentamiento puede salir la luz, y que en el caso de la fraternidad se puede derivar el fracaso. Digámoslo gráficamente, en un Club de Fútbol, mientras que los diferentes departamentos o individuos que lo componen están a la greña o el Presidente es un tipo pintoresco que transmite su caos mental a su masa social, circunstancia ésta tan sumamente frecuente, el equipo entra sistemáticamente en dinámica de malos resultados.
Vayamos con la segunda y última reflexión. En breve veremos en el Calcio, la Liga del Fútbol italiana, un nuevo equipo, que vistiendo de amarillo y blanco, los colores de la Santa Sede, la representará. Tarsicio Bertone, el Secretario de Estado Vaticano, conocido forofo de la Juventus y especializado en la transmisión de partidos de Fútbol ya lo ha dicho Urbi et Orbe: "Sólo con los estudiantes brasileños de nuestras Universidades Pontificias, pondremos en marcha un magnífico equipo, a la altura de la Roma, el Inter, el Génova o la Sampdoria". Juan Pablo II ya era aficionado, pero con este distinguido y beatífico tifosi ya se ha dado el paso definitivo. Parece probable, según las reflexiones que les acabo de hacer confidencia, que para interpretar los fenómenos humanos podrían hacer falta mayores dosis de humildad y un decidido nuevo enfoque relativo de nuestra naturaleza humana, porque la energía, ya lo sabemos, no se crea ni se destruye, se transforma, y cuando ella desaparece de un lugar es porque se ha refugiado en otro, pero propongo que sea la misma energía. Todo lo que antecede quiere ser un respetuoso debate en el marco de la libertad que dichosamente disfrutamos.

Ángel Martínez Pina

RECOPILACION FUTBOL FORMATIVO

BIBLIOGRAFÍA
1.    Falcones, Ildefonso. La Catedral del Mar. Ediciones Grijalbo. Vigesimotercera edición, diciembre 2006.
2.    Hernández Velasco, Irene. Corresponsal en Roma. Diciembre 2006.
3.    Platón. El Banquete (Symposion. Intervención de Aristófanes sobre los géneros humanos, masculino, femenino y andrógino)