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domingo, 30 de diciembre de 2012

EL METODOLOGO DEL BARCELONA F.C: PACO SEIRU-LO ¿COMO LOGRO EL CAMBIO DE PARADIGMAS EN LA PREPARACION EN EL FUTBOL?




Preparador físico del FC Barcelona. Para muchos el verdadero padre de la metodología de trabajo del equipo que ha marcado una época en el fútbol.
Lo que es ahora es producto de un exhaustivo estudio del ser humano. No sólo del ser deportista, sino de las variables que actúan en la respuesta humana a los estímulos de la práctica deportiva de alta intensidad. Francisco Seiru-lo Vargas (Salamanca, 1945) es el preparador físico del primer equipo del FC Barcelona desde 1994. Formado desde la educación física al deporte. "El objetivo de la Educación Física es educar y el del deporte ganar. Son objetivos diferentes y el proceso de formación ha de ser diferente" dice Seiru-lo.
Una charla muy cercana al concepto que aplica para la adaptación física de uno de los mejores equipos de la historia, arranca lejos de los convencionalismos que también fueron parte de su carrera formativa. Entró al FC Barcelona en 1977 en la sección de atletismo del club. Con el tiempo ha reconocido conflictos entre las formas tradicionales de preparación física y la conciliación de esos conceptos con la preparación en los deportes colectivos. Centrarse en el conocimiento del deportista y su interrelación con el deporte que practica y con los espacios de su deporte. Una manera diferente de entender la preparación física.

P. Entiendo que para usted la preparación física, como tal, no existe.
R. Esta claro que las tradiciones, o las formas de entender la condición física han ido cambiando mucho con el tiempo. Yo no entiendo una preparación física aislada de lo que es el elemento del futbol. Todo lo que se haga en la cancha, entendido como preparación física, tiene que ir ligado con el futbol y con los intereses tácticos, cognitivos. La preparación física tradicional aumenta la condición física con cuestas, con pesos, con sprints, carreras en la playa, en el bosque. Para mi esa preparación física para el futbol no vale, no existe.

La condición física tiene que estar integrada en el entrenamiento total del futbol. Hablando en términos tradicionales: la técnica, la táctica, la preparación física, la psicológica todo tiene que ser uno. No puede ir la preparación física por un lado que no tenga nada que ver con los gestos del futbol, los espacios del futbol, con las relaciones interpersonales del futbol.
P. ¿Cuándo cambió esto en usted? 
R. De niño jugué al fútbol hasta que me pusieron gafas y ya con gafas no podía jugar. Por eso cambie al atletismo. Tengo una formación básica del atletismo. Durante el tiempo en el que estuve en mi formación como licenciado de educación física me valió para entender los conceptos fundamentales del entrenamiento humano, del entrenamiento deportivo. Es hacer a un sujeto, capaz de soportar un esfuerzo. Vi que el atletismo y todo lo que concebía, la velocidad, la fuerza, la resistencia, tenían pruebas especificas para medir esas velocidades, o esa fuerza o esa resistencia. Me extrañó mucho que al pasar al ámbito de la práctica de los deportes de equipo, que en esos deportes se hacían las mismas cosas que en el atletismo. Salidas desde abajo, 'en sus marcas, listos' y corrían cinco o seis, sprints de 25 metros. Nunca he visto en deportes de equipo a un jugador detenido, esperando un estímulo acústico para correr a velocidad en una línea sin que nadie le moleste.

P. Estos modelos tradicionales deben encontrar un agente de cambio que los modifica. ¿Cuál fue ese agente de cambio en sus métodos?
R. Estudiando ciertos modelos de conocimiento complejo vi que el soporte de la condición física tradicional no llegaba a donde llega la ciencia de la complejidad. Entendí que estudiando la complejidad podía cambiar el soporte de las actividades que necesitaban los deportes de equipo. A partir de ese momento cambié. Hasta los 25-28 años estuve preparando "atléticamente" a los deportes de equipo. Entendiendo al ser humano como un ser complejo, una estructura híper-compleja, te permite construir las tareas en otra dimensión y hacer otra preparación física mas especifica a los deportes de equipo.

P. Entendiendo que el trabajo en los deportes de equipo entonces tiene particularidades concernientes a cada deporte ¿hay similitudes en el trabajo?
R. Muy pocas cosas comunes. Se tiene que hacer una condición física específica para cada deporte de equipo. Para el básquet por ejemplo, maneja un objeto con las manos, el desplazamiento se hace con las piernas y la capacidad de relación interpersonal se hace con el balón que se agarra con la mano. Eso hace que la motricidad pueda ser muy distinta. Puedes estar mas tiempo en el aire por ejemplo. Puedes diferenciar las acciones de desplazamiento de las acciones con las manos. El voleibol se parece en el algo al básquet pero mas al fútbol, donde tienes posesión del balón siempre lo estas impactando. Pero en el fútbol se conduce el balón y uno se desplaza con los mismos segmentos, los brazos solo se utilizan para equilibrarte y protegerte del contrario o identificar los espacios que puedes ocupar con tu cuerpo, anticipándote al adversario. Tener que realizar la tarea de desplazamiento asociada al control del balón hace que el fútbol sea de los deportes que exige más a la motricidad humana.

P. ¿Qué lo lleva a ver al fútbol como un deporte colectivo tan distinto?
R. Para golpear el balón en una determinada dimensión, tengo que organizar todo el cuerpo en esa determinada dimensión. Para diferenciar la superficie de golpeo del píe, tengo que reorganizar mi cuerpo otra vez en la dimensión que yo quiero golpear el balón. En los deportes que se juegan con los pies y con las manos esto es totalmente distinto. Yo puedo estar desplazándome hacia la derecha y organizarme en otra dimensión que no es la de mi desplazamiento. En el fútbol esto no es posible, esto complica las relaciones que yo puedo establecer en el espacio. Los grandes jugadores de fútbol antes de desplazarse, deben identificar para que se van a desplazar. Mientras que los jugadores de otros deportes en los que se desplazan con los pies, pero trabajan con las manos pueden ocultar hasta el último momento esta posibilidad de interacción con el oponente. En el futbol, si estoy corriendo hacia un sentido, las piernas que son los ejecutores del gesto, están orientadas hacia esa dimensión. Debo estar continuamente recomponiendo mi actitud corporal para orientarme en la dimensión mas eficiente para relacionarme con mis compañeros. Si juego cerca de la banda, hay un gran espacio de mi posibilidad de adaptación que esta cerrada y tengo que orientarme en la dirección en la que observo mas terreno de juego, estoy coartando mi motricidad y necesito tener recursos superiores en ese espacio y en ese tiempo que en los otros deportes en los que puedo estar en esa dimensión de la banda y tener todo el espacio ocupado para relacionarme con las manos. Todo esto hace que el futbol sea claramente diferenciado porque lo cognitivo y lo motriz y lo condicional esta muy relacionado con el gesto especifico del futbol.

P. Otra de las singularidades del futbol es la posesión o no de la pelota. Un concepto popular lleva a creer que los equipos defienden bien o atacan bien. ¿Se puede defender y atacar en el futbol? ¿Es una cuestión de posesión? 
R. Es tener o no tener la pelota. El futbol se juega con un balón y si tienes el balón puedes atacar o defender, mantenerlo de alguna manera. El proceso de identificar las partes de defender y atacar es muy complicado. El juego se hace a través del balón. Puedes estar jugando solo cuando lo tienes. Eso es lo que hacen los niños. Siempre pongo este ejemplo. El balón era mío pero mi hermano iba a buscarme para quitármelo. Lo hacían, y tenía que gritar porque no me lo devolvían. Si yo quiero jugar debo tener el balón. ¿Como lo tengo? Yo paso el balón a mi compañero, pero ninguno de los dos lo tiene. En el balonmano se tiene. Pero en el futbol se conduce el balón, no se tiene aprehendido. Cuando hacemos juegos de posesiones, entendemos que cuando el mismo equipo ha dado tres toques entonces si tenemos un tiempo de posesión. Si al segundo toque se pierde entonces nunca se tuvo. En el momento que nosotros tenemos el balón podemos decidir si mantenemos el balón sin riesgo de perdida, entonces nos defendemos. Si jugamos el balón con mas riesgo de perderlo entonces estamos atacando. Pero la identificación de defender y atacar no se refiere al hecho en si. Sino con la intencionalidad que cada jugador al pasar el balón al compañero. En la dimensión relacional, socio-afectiva. La intencionalidad de la comunicación interpersonal o intergrupal.

P. En el marco de juego de posesión ¿es tan importante la recuperación como la tenencia? 
R. Es que si no lo recuperamos no lo tenemos. Muchas veces en el futbol se dice "ahora vamos a recuperar la pelota". El concepto que tiene cada jugador es que "la pelota es mía y de mi equipo y la queremos para poder jugar". Si no tenemos la pelota estamos corriendo y no nos gusta correr. Nos gusta jugar al futbol, pasarnos la pelota. Esa energía interna que te da esa intención es la que te hace estar continuamente, cuando pierdes el balón, con ganas de ir a buscarlo estés donde estés. La función del entrenador es organizar esa forma de recuperación del balón lo antes posible. En el momento que perdemos como nos organizamos para tener el balón inmediatamente. Si somos capaces de inculcar a nuestros jugadores que el balón es lo que nos hace fuertes tenemos un paso muy grande dado.

P. En esa organización con la intención de poseer la pelota también está el paso posterior a la perdida de la pelota. ¿Se prepara colectivamente el equipo para estar posicionado de manera que con la tenencia de la pelota se esta mejor para recuperarla?
R. Claro. Para relacionarnos a través del balón necesitamos tener una determinada organización espacio-temporal. Hay espacios de superioridades que se refieren a distintos aspectos del juego. Cuando hay mayor cantidad de jugadores en una zona, tenemos superioridad numérica. Pero a veces teniendo inferioridad numérica estamos mejor posicionados o si estamos relacionados los que nos identificamos más los que nos pasamos mas la pelota, tenemos superioridad socio-afectiva. Si hay tres jugadores que tienen una gran vocación "de ataque", capaces de diseñar espacios para llegar a la portería pues tenemos una superioridad técnica. Emotivo-evolutiva. Todos estos tipos de superioridades te ayudan a que cuando pierdes el balón, cualquier superioridad que tengas la utilices. Si es numérica, acercándose al que esta mas cerca, los otros tapando a los posibles receptores del balón del contrario. Si es posicional, estamos coartando la posibilidad que ese sujeto que nos ha robado el balón pueda relacionarse. Si es emotivo-evolutiva, tenemos un espacio inmediato de cooperación que como los lobos de la manada, cada uno hace una función para atacar a la presa. Esa situación nos permite interpretar que cuando perdemos el balón utilicemos la superioridad que en ese momento beneficie al equipo.

P. ¿Cómo se disponen esas superioridades? 
R. Por la organización del espacio que tuvimos antes de perder el balón. Por eso mucha veces el que dice que hay que hacer muchos pases para llegar al arco se equivoca. Hay que hacer los pases suficientes para organizarnos en el espacio y en el tiempo, en la dimensión que nosotros estimamos en cada momento que puede ser mas eficiente para hacer esas dos cosas. O para mantener el balón sin riesgo de perderlo o el espacio adonde vamos a arriesgar perderlo, nos organizamos con la intencionalidad que podemos perder el balón y pasar al contrario. Buscamos la superioridad sea numérica, posicional, cognitiva, socio-afectiva para actuar sobre la dimensión de recuperar el balón.

P. Para esa interpretación conceptual se exige mucho al físico y a la voluntad. Ante esto ¿cómo se prepara un jugador para soportar una temporada de 60 partidos a ese ritmo?
R. El proceso del que te hablo, de entender así el futbol, no se hace en una temporada. Es una filosofía de entender el juego, un poco la filosofía del Barcelona. La identidad de un equipo es concretamente definida por el tipo de jugadores que tiene y la filosofía que conlleva el entorno en el que están esos jugadores. Si en la dimensión del entrenamiento se fomentara algo que no fuera estrictamente eso, se complica. Si nosotros tenemos una condición física ajustada a lo que necesita ese jugador, se puede mantener toda la temporada. La cualidad, en términos tradicionales, predominante para eso es la resistencia a la fuerza y la velocidad. Ese tipo de cualidad se recupera muy rápido y se puede estar entrenando prácticamente todo el año. Mientras si hiciéramos el ciclo de entrenamiento "tradicional, resistente" tendríamos muchos problemas para mantenerlo toda la temporada. La carga de competición es muy alta, tres partidos por semana y si además tuviéramos que entrenar resistencia estaríamos haciendo mas lentas las formas de desplazamiento que necesita el jugador en este tipo de juego. Nosotros siempre tenemos la tendencia a trabajar en entrenamiento poco tiempo, pero siempre ha muy alta velocidad. Esos elementos a muy alta velocidad se optimizan siempre con muy pocas repeticiones y mas tiempo de pausa. Con situaciones de juego reales en espacio reducido. Todo esto te da posibilidades de estar prácticamente toda la temporada en buen estado de forma.

P. La tradición habla de pretemporadas como si fueran estaciones de servicio para llenar el tanque en espera que este dure toda la temporada. Entendiendo el concepto de lo que es el acondicionamiento físico, ¿las pretemporadas convencionales desaparecen?
R. Otro de los conceptos que entendemos que son fundamentales para el fútbol es la optimización del jugador. No la organización de tiempo de entrenamiento en función del momento de la temporada en la que está. Esto supone que en las etapas formativas del jugador posiblemente los 12, 16, 18 años tengamos que respetar mas los conceptos tradicionales de pretemporada, temporada y tiempo de descanso o transición. Pero en los que llevan seis o siete años entrenando así, su organización metabólica, adaptativa a ese tipo de forma de practica se hace ya tan continua que para subir una cualidad en esa organización se hace muy complicado. Si tu quieres en la pretemporada cargar el tanque de resistencia, tienes que hacer grandes volúmenes de resistencia entonces no puedes entrenar los elementos del juego. Porque se hace lento el juego y las relaciones interpersonales. Cuando quieres volver a recuperar todo eso posiblemente la resistencia que has optimizado ha perdido su beneficio. Cuando ya estas en la alta competición la pretemporada no tiene sentido.

P. ¿Cómo organiza una pretemporada dentro de este concepto?
R. Nosotros viajamos a EEUU y lo hacemos tras una semana de entrenamiento sin competencia. Cinco días y al sexto día ya competimos. Tenemos que centrarnos en que el jugador este dispuesto en cada momento a jugar un partido. Si puede ser cada tres días, pues cada tres días. Nosotros hemos estado casi cuatro años haciendo mas del 80% de semanas jugando dos partidos semanales al estar en tres competiciones. Es imposible pensar que trabajando mes y medio de pretemporada te va a servir nueve meses mas tarde. Es una ilusión, una cosa imposible. Tienes que estar haciendo micro ciclos estructurados, micro entrenamientos, que nos sirven para diseñar las cargas inmediatas a los partidos y centradas en el individuo que pueda estar siempre en condiciones de poder competir y no tener una condición de entrenamiento muy alejada de poder competir al alto nivel.


P. ¿Se termina con este concepto, el desarrollo de atletas para jugar al fútbol? 
R. Antes se hablaba que primero hay que hacer atletas y después futbolistas. He estado mucho tiempo entrenando atletas, velocistas, lanzadores. Si haces un atleta verdaderamente será un atleta. El niño desde que tiene 6 años tiene que ser futbolista y tiene que aprender la motricidad especifica del futbol, las condiciones espacio-temporales del futbol, las relaciones interpersonales, la emoción del juego del futbol, las tradiciones y la sabiduría del juego del futbol. Hacer primero un atleta y luego cambiarlo a futbolista es muy difícil. No llegará a sentirlo tan suyo como en el caso primero. Desde el principio debe ser jugador de fútbol.


Seiru-loÇ
foto Getty
EL  CUADERNO DE PALOMO ESPN. Fernando Palomo.
RECOPLILACION FUTBOL FORMATIVO

domingo, 16 de diciembre de 2012

EL EXITO DE LOS PROCESOS DE FORMACION RADICA EN LA CONFIANZA QUE LE DEN AL JUGADOR EN EL PRIMER EQUIPO. ¡SI ES TAN IMPORTANTE¡ ¿PORQUE MUCHOS D.T NO LO TIENEN EN CUENTA?


Hace algunas semanas escribía sorprendido por la política deportiva que estaban siguiendo los filiales de dos de los clubes más importantes de Europa. Se estaban realizando contrataciones que podían cortar la progresión de algunos jugadores a la vez que se obligaba a otros con mayor proyección a hacer las maletas.
La utilización o no de jugadores que provienen del fútbol base es un tema que está de moda. A continuación os dejo algunas de las claves que pueden ayudaros a entender mejor las diferencias y dificultades que se encuentran los futbolistas dependiendo de la política utilizada por cada club.
FILOSOFÍA DE JUEGO
El primer aspecto que me gustaría analizar es el de la importancia de tener una filosofía de juego clara y que será seguida por todos los equipos que formen parte del club; o bien la posibilidad de dar libertad a los entrenadores para utilizar aquel estilo o sistema que consideren oportuno para las características de su plantilla.
Tener un sistema definido desde el equipo profesional y que todas las categorías inferiores deben seguir tendrá ventajas para el club, pero puede suponer una desventaja para el jugador, mientras que esos equipos en los que no hay un criterio unificado a lo que a organización táctica se refiere tendrán mayor beneficio sobre el jugador que sobre la entidad.
Si durante su periodo de aprendizaje el futbolista crece bajo un sistema y estilo muy marcado, en el futuro tendrá más dificultades de adaptación en el supuesto que deba abandonar el club.
Un jugador cuyo crecimiento deportivo lo ha realizado bajo un estilo ofensivo, donde la asociación entre jugadores es clave y a su vez todo gira en torno a mantener la posesión del balón, tendrá serias dificultades para encontrar un equipo que se adapte a la filosofía de juego con la que ha convivido desde sus inicios. Tendrá que ser capaz en muchas ocasiones de reinventarse para poder hacerse un hueco en el fútbol profesional.
Por otro lado, el  jugador que haya convivido con todo tipo de estilos tendrá menores dificultades para adaptarse a una nueva aventura, razón por la cual no dudará en hacer las maletas para alcanzar su objetivo.
CESIONES O PROMOCIÓN
Llega el momento de dar el salto al equipo profesional. Aquí sí encontraremos grandes diferencias entre una cantera y la otra.
El futbolista formado bajo una filosofía clara e innegociable tendrá una gran ventaja en el momento que consiga dar el salto, al encontrarse con un ambiente y una idea futbolística que le resultará familiar, sin grandes dificultades para entender aquellos conceptos que el técnico quiera introducirle.
Con su llegada al primer equipo el futbolista cumplirá con un sueño que ha perseguido desde sus inicios y su objetivo será conseguir consolidarse en la plantilla. La posibilidad de ser cedido es contemplada como la última opción y siempre será consensuada con el club en busca de un equipo que se adapte a las características del jugador y a su vez a las exigencias de la entidad, que no querrá que la progresión del jugador sufra un frenazo.
En cambio, para el otro canterano, promocionar al equipo de los mayores se convertirá en una aventura en la que deberá descubrir nuevas ideas y conceptos que muy probablemente no haya trabajado anteriormente, llegando a sentirse como un extraño. En ocasiones deberá adaptarse a nuevas posiciones con las que no estará familiarizado y contará con el hándicap de que el tiempo no estará de su parte para conseguir convencer a su nuevo técnico.
A muchos de estos futbolistas, la falta de oportunidades provocará que decidan hacer las maletas y marcharse en busca de minutos de juego, considerando el club que esta es la mejor opción. En el proceso formativo habremos creado jugadores que tengan como objetivo convertirse en futbolistas profesionales a los que no les supondrá ningún disgusto no llegar a hacerlo en el equipo en el que se iniciaron como jugadores.
Como podéis ver, nos encontramos ante dos canteras totalmente distintas y a su vez exitosas al ser capaces de crear jugadores profesionales, aunque debemos reconocer que una de ellas producirá una mayor satisfacción al dar continuidad y beneficiarse del trabajo realizado durante años.
PERFIL
Las plantillas de los filiales deben estar compuestas mayoritariamente por futbolistas jóvenes que tengan una proyección que les podrá permitir incorporarse a la primera plantilla a corto o medio plazo. Esta debería ser, bajo mi punto de vista, la característica principal de todos ellos.
El club debe definir cuál será su estrategia y objetivos para la temporada, decidir si se centrarán en la formación de jóvenes promesas que puedan llegar a ser parte del primer equipo, o bien luchar por alcanzar la mejor posición posible en la clasificación general dándole prioridad a los resultados.
Esas dudas provocan la llegada de jugadores contrastados o veteranos a los filiales,  que no serán de gran ayuda en el desarrollo de las jóvenes promesas, aunque serán de vital importancia si se quieren conseguir resultados deportivos positivos. Pese a ello, el aspecto principal que se deberá analizar es si estos jugadores tendrán opciones reales de formar parte del primer equipo o si, por el contrario, formar parte del filial es a lo máximo que pueden aspirar, no cumpliendo con el requisito imprescindible para formar parte de esta plantilla.
PRIMER EQUIPO
La clave del éxito de la cantera es que el entrenador del  primer equipo tenga confianza absoluta en el trabajo que se realiza en la base, y para ello debe tener un conocimiento total de todo el trabajo que allí se realiza.
Los jóvenes valores del futuro deben sentirse observados y valorados por los técnicos, ya que es la única manera de mantener su ilusión.
Dependiendo de la confección de la plantilla del primer equipo, los canteranos se sentirán con más o menos opciones de  alcanzar el camino que les conducirá a cumplir su sueño. Os presento tres opciones para confeccionar las plantillas y el mensaje que cada una de ellas transmitirá a los jugadores del filial:
  1. Misión Imposible. Se trata de la opción en la que el entrenador dispondrá de dos jugadores por puesto; de esta forma se antoja complicado que los miembros del equipo reserva vayan a tener oportunidades durante la temporada. Incluso en el supuesto que dos jugadores que ocupan la misma posición cayeran lesionados, el técnico se decantará por alguno de los jugadores disponibles con contrato profesional aunque deban jugar en posiciones a las que no estén habituados. De esta forma evitará posibles conflictos que pudieran producirse en la primera plantilla a la vez que demuestra no tener confianza en los canteranos.
  2. Cuento con vosotros. En esta posibilidad volvemos a trabajar con una plantilla amplia pero en la que los jugadores procedentes de la cantera tendrán dorsal en el equipo profesional. Esto sucederá con aquellos futbolistas que en las últimas temporadas habrán estado viviendo entre el primer equipo y el filial, considerando el técnico que les ha llegado el momento de cumplir su sueño. Acostumbrarán a partir con desventaja respecto al jugador que ocupa su posición en el campo, pero serán conscientes de que es cuestión de tiempo que les llegue su oportunidad.
  3. Estad preparados. Confeccionar una plantilla corta, de 18-20 jugadores; de esta forma podemos decir que tendremos un jugador y medio por posición. La ventaja que encontraremos es que podremos ir dando oportunidades a los jugadores jóvenes durante la temporada, ya sea por sanciones, lesiones o rotaciones. Es una opción muy beneficiosa para el club, ya que el técnico podrá ver en acción a los canteranos en los escenarios que considere ideales para ellos dándoles minutos que les podrán ayudar a consolidarse en el futuro.
La importancia de los filiales en los próximos años va a ir en aumento. La crisis económica puede ser una causa, pero no debe ser la única, ya que en las últimas temporadas se ha demostrado que con tiempo, ilusión, trabajo y paciencia, entre otras muchas cosas, la cantera puede aportar resultados positivos al mismo tiempo que se crean valores y sentimientos difíciles de encontrar e incluso de comprar.
ENRIQUE DURAN
RECOPLILACION : FUTBOLFORMATIVO

sábado, 8 de diciembre de 2012

¿Cómo mejorar nuestro fútbol base siguiendo el modelo finlandés? ¿Cuales serian las alternativas a utilizar en nuestro medio de influencia?


Viendo los buenos resultados obtenidos año tras año por Finlandia en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Informe PISA) empecé a investigar sobre su modelo educativo y cuáles eran las claves de su éxito. Finlandia siempre está en los primeros lugares de todos los aspectos que evalúa este informe y me pregunté si su modelo podría servirnos para mejorar la forma de entrenar a nuestros niños.
Los métodos de educación finlandeses son muy distintos a los de otros países que también están en los primeros lugares del Informe Pisa, como por ejemplo Corea del Sur. En el país surcoreano los niños se pasan el día estudiando (más de 10 horas diarias). Van de la escuela a clases particulares y cuando salen de estas vuelven a la escuela para seguir estudiando en la biblioteca hasta altas horas de la noche. La formula coreana basada en una competitividad sin límites para poder acceder a las universidades genera una presión y un estrés a los niños que no todos pueden resistir. Las cifras de suicidios entre estudiantes son realmente alarmantes y las más altas a nivel mundial.
En Finlandia los niños estudian menos horas que en la mayoría de países. Apenas tienen tareas para hacer en sus casas y complementan sus estudios con actividades extraescolares como música o distintos deportes. Curiosamente, los resultados obtenidos en los estudios son prácticamente los mismos que en Corea del Sur. Las consecuencias en cuanto a la felicidad de los niños, en cambio, son radicalmente opuestas.
Descubriendo el modelo de educación finlandés me acordé de cómo en un curso de coaching un profesor definió a un niño que jugaba al fútbol y cuál debía ser el papel del entrenador en ese proceso de aprendizaje de la siguiente forma:
“El niño es como una planta: se la debe regar, mimar, orientar… pero como formadores no debemos olvidar nunca que el niño, como la planta, crece solo”.
A continuación enumero algunas de las claves fascinantes del modelo de educación finlandés y realizo una reflexión sobre cómo podríamos mejorar la calidad de nuestro fútbol base a partir de estas:
FILOSOFÍA
  • En el centro del sistema educativo está el alumno y no los conocimientos.
Ya sea como entrenadores o como clubes deberíamos centrarnos en encontrar la mejor forma de hacer crecer al niño que quiere aprender a jugar al fútbol (respetando su individualidad) y no en imponer nuestras ideas sobre el mismo.
  • Los profesores intentan estimular, motivar y mantenerse en estado de escucha.
El entrenador debería dejar que las decisiones las tomen los niños. Dejar que los que acierten o se equivoquen sean ellos. Debería transmitir confianza para que el niño no tenga miedo a equivocarse. Valorar positivamente el atrevimiento y las ganas de mejorar por encima del resultado obtenido en cada acción del juego.
  • No se emplea el tiempo en transmitir información sino en dar la oportunidad a los jóvenes de explorar y experimentar para crear nuevo conocimiento y nueva información.
El concepto de que en el fútbol está todo inventado queda obsoleto cuando vemos lo que es capaz de hacer con el balón Leo Messi o cómo lanza los libres directos Cristiano Ronaldo. A los niños se les debería plantear en los entrenamientos distintas situaciones reales y estimulantes y que sean ellos mismos los que las resuelvan (Descubrimiento guiado). Deberíamos dejar pensar a los niños. El no darles nuestras soluciones hace que el niño se involucre más en su proceso de aprendizaje (él tiene que buscar su solución) y que se creen al mismo tiempo nuevas soluciones que hasta ahora, quizás, no habíamos imaginado.
  • Cada alumno es importante.
Todos los niños deberían tener las mismas oportunidades. Esto debería plasmarse tanto en los minutos que están sobre el terreno de juego como en las posiciones que ocupan en el mismo. En las sesiones de entrenamiento el entrenador debería nombrar como mínimo en una ocasión a todos los jugadores. Todos merecen su atención y el solo hecho de decir el nombre del niño hace que este se sienta importante dentro del grupo.
  • Si un niño no avanza como el resto, se le apoya y adapta la materia a aprender.
Podríamos ayudar a estos niños poniéndolos dentro de las sesiones en situaciones que sean más cómodas para ellos. Una buena opción sería, por ejemplo, hacerlos jugar como comodines o ponerlos en posiciones donde las tomas de decisiones son menores (dependiendo del sistema usado podrían ser las bandas). Con el paso del tiempo estos niños se adaptarán mejor al grupo y se sentirán como uno más. Así, con un poco de suerte podremos sacar a algún jugador de provecho con el que inicialmente no contábamos. Y en el peor de los casos habremos ayudado a un niño a sentirse seguro de sí mismo y creer en sus posibilidades.
  • Escuelas más pequeñas. Relación más íntima.
Las relaciones humanas y sentirse querido es lo más importante para el crecimiento de la persona. El triangulo formado por el niño, padre y entrenador/club debería ser la base del desarrollo del niño. Para poder tener este triángulo consolidado es importante que se trabaje con grupos reducidos y en lugares donde todo el mundo se conozca por nombres y apellidos.
PROFESORES
  • Los profesores eligen su carrera docente por el amor a los niños y no a una materia concreta.
Necesitamos entrenadores enamorados de su profesión, que quieran centrarse en la formación de los niños y no en utilizarlos preparándose y promocionándose para ser entrenadores de un primer equipo en el futuro.
  • Desde muy pequeños, los niños tienen formadores altamente cualificados.
Entre los 7 y los 10 años es cuando un niño tiene más capacidad para aprender. Es en estas edades donde tendríamos que poner a nuestros mejores entrenadores. Estos ayudarían a que sean más los niños que evolucionen con posibilidades de ser buenos jugadores de fútbol.
  • Los formadores están muy bien considerados por todos, se les considera muy importantes y son muy respetados.
Tanto los clubes como los padres deberían tener en cuenta que una de las personas más importantes para la formación del niño es su entrenador. En sus inicios en el mundo del fútbol, el niño ve al entrenador como un ejemplo a seguir. Para que este realice un buen trabajo es de vital importancia que todos confíen absolutamente en él y en todo lo que hace. Solo así podrá rendir al máximo de sus capacidades y enseñar mejor a los niños.
  • Los profesores son felices porque gozan de una libertad pedagógica total y de un margen amplio de autonomía y de iniciativa. Esto supone un componente esencial para su motivación y felicidad.
Es muy importante que un club tenga claro su modelo de juego y su metodología. Pero más importante es que los responsables elegidos se adecuen al modelo decidido por el club. Una vez elegidos se les debe dar toda la confianza para poder desarrollar todo su potencial al servicio de los niños. Independientemente de los resultados o de los problemas que puedan surgir en el día a día, estos deberían poder elegir las tareas a realizar y la forma de llevarlas a cabo. La formación de un niño requiere de estabilidad a largo plazo y de personas comprometidas y motivadas para acompañarlos en su camino hacia el aprendizaje.
  • A las clases acuden futuros docentes para formarse como parte de las prácticas obligatorias. Después se juntan en grupos para debatir lo que han visto.
Estaría bien que en los cursos de entrenador se hicieran no solo prácticas como entrenador sino también visionados en directo de sesiones de otros entrenadores, tanto profesionales como, sobre todo, de fútbol base. Estas prácticas se podrían organizar en grupos de 3 o 4 entrenadores y en ellas se discutiría después con el entrenador todo lo que han visto. El análisis crítico de lo observado y las conclusiones obtenidas ayudarían a los entrenadores en su formación y al entrenador observado en la mejora continua de sus sesiones y capacidades.
  • Gran vinculación entre los profesores y la Universidad para tener una formación continua y participar de la evolución del conocimiento.
Los entrenadores titulados deberían seguir teniendo formaciones para debatir y analizar cómo está evolucionando el Fútbol Base, qué se está haciendo y cómo se puede mejorar. De esta forma los conocimientos y experiencias de todos los entrenadores servirían a unos y a otros para actualizarse, reinventarse y seguir mejorando los métodos de entrenamiento.
EVALUACIÓN
  • Antes de los 13 años no se dan notas para que los primeros pasos sobre el camino del conocimiento no generen angustia y sufrimiento.
Potenciar el modelo de escuela de fútbol por encima de las ligas federadas en los años más importantes para la formación del niño. De lo contrario, este proceso se puede ver perturbado por la presión que genera en los niños (y padres) el resultado de los partidos de liga. Además, utilizar el mismo sistema de ascensos y descensos que en los profesionales con niños menores de 13 años solo puede generar un estrés y una frustración totalmente perjudicial para lo más importante en esas edades, su formación deportiva y humana.
  • La evaluación de los niños pierde su carácter competitivo y angustiante para convertirse en un medio que los estimula y motiva.
Los niños deberían jugar partidos, sí. Todos quieren jugar y ganar siempre. Los niños son egoístas por naturaleza por lo que no es necesario que el marcador tenga la más mínima importancia. El niño debería utilizar los partidos para seguir con su proceso formativo y superar a su oponente tanto ofensiva como defensivamente. En la esencia de jugar al fútbol está el estímulo y la motivación del niño, no en el resultado.
  • Se valora del alumno lo que sabe y no lo que no sabe. Lo importante es que los alumnos tengan la sensación de que son buenos en algún campo.
El refuerzo positivo debería ser la base del entrenamiento. Uno recibe mucho mejor la crítica positiva que la negativa. Esto se acentúa mucho más en los niños. Es mucho más importante que sepan cuándo hacen bien algo y porque lo han hecho bien que no que se les repita continuamente todo aquello que no saben hacer. Las sesiones de entrenamiento deben servir para crear un clima positivo y de confianza en torno a la evolución del niño.
  • Al no recurrir a la evaluación se permite a los alumnos desarrollar su propio estilo de aprendizaje.
Si en los partidos no importa el resultado daremos libertad a que cada niño elija sus propias metas. Un niño estará contento porque ha marcado un gol, otro porque dio un pase bien hecho y el entrenador se lo dijo y otro porque el delantero no le superó en ningún momento. Esto envuelto de un clima de tranquilidad y de confianza permitirá que cada niño se proponga unos retos distintos y más adecuados a sus características.
Esta reflexión no pretende ser nada más que eso. Invita a todo el que crea que podemos mejorar nuestro Fútbol Base a pensar un poco en cómo se están haciendo las cosas y en cómo las podríamos hacer para enseñar mejor a nuestros niños.
Sabiendo que Finlandia es un país con una naturaleza muy rica, y una vez visto su método de educación, me puedo imaginar el origen de la frase que definía a un niño como una planta a la que hay que dejar crecer por si misma…
*FITO FLORENSA
RECOPILACION FUTBOL FORMATIVO